Cuando suena el portero electrónico de una casa sin que en la agenda figure ninguna visita siempre se genera una especie de desgana. Se descuelga el teléfono con desdén, esperando una respuesta del tipo “cartero comercial”, pero la cosa cambia cuando al otro lado del auricular pronuncian un “buenos días, Policía”.
Ya puedes ser el candidato mejor posicionado para la próxima beatificación en el Vaticano, que una gota de sudor frío recorre tu espalda de arriba a abajo. “¿Y ahora qué he hecho? Si lo tengo todo en regla”, te preguntas, mientras tu pulso se acelera como un monoplaza en la recta de meta de un circuito.
Esta situación se ha producido esta semana en las calles que conforman las inmediaciones del Paseo del Espolón, pero -en principio- no hay nada que temer. Se trata de inspecciones rutinarias con vistas a la celebración de los actos del Día de la Policía Nacional, que se celebrará en este enclave de Logroño el próximo día 25.
En ellas, los agentes identifican a los moradores de cada vivienda, tomando sus datos personales y DNI, interesándose sobre si tienen prevista alguna visita para presenciar el evento desde su balcón. Al igual que ocurriera el pasado año con la celebración del Día de las Fuerzas Armadas en la capital riojana, los policías ‘peinarán’ también las oficinas y comercios de calles como Miguel Villanueva, Avenida de La Rioja o Muro de la Mata, entre otras.
