La transparencia y la protección de datos son dos conceptos que a menudo entran en conflicto y que, en el caso del municipio riojano de Galbárruli, se han visto por los suelos estos días. Literalmente.
Porque algunos vecinos de esta localidad se han llevado una buena sorpresa cuando, al pasar cerca del contenedor de papel del municipio, se han percatado de la presencia de documentos oficiales del Ayuntamiento. La mayoría de ellos tienen más de una década de antigüedad (están fechados en 2007), pero todo hace indicar que la limpieza del archivo ha sido más indiscreta de lo deseable.
Esparcidas por el suelo pueden verse, incluso, las nóminas de algunas personas que en algún momento fueron contratadas por la Administración local.
