Gastronomía

La Trastienda estrena vistas al Ebro con un mural de 21 metros cuadrados

Una vez alguien dijo que cuando te tomas un café en cualquiera de los establecimientos de la plaza de San Marcos, lo que te cobra en realidad el camarero son las vistas, porque a la consumición invita la casa. Esa hábil maniobra justifica pagar un microscópico ‘ristretto’ a precio de chuletón, porque no cabe duda de que las vistas tienen un valor.

Por eso, en la sociedad gastronómica ‘La Trastienda’ de Logroño han decidido que su tercera cocina-comedor debía tener las mejores vistas posibles de Logroño. Y vaya si las tiene. El nuevo mural de 21 metros cuadrados pintado por Yohana Soldevilla, Carlos Fernández y José Calle engañan el ojo para regalarle al comensal una panorámica única de la capital riojana.

Así, desde la pared de este enclave de la calle San Roque se puede contemplar el ‘skyline’ logroñés, con su Puente de Piedra, las torres de Palacio y la Redonda, el parque de La Ribera… Y todo, con el café a precio de café y el chuletón a precio de chuletón. En este caso, son las vistas las que corren a cuenta de la casa.

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