La Rioja

“La liberalización de la venta de prensa es un cuchillo de doble filo”

Uno de los sectores que se encargan de verificar que las calles se encuentran en su sitio cuando los riojanos se ponen en marcha es el de los vendedores de prensa. En La Rioja, uno de los clásicos es Enrique Oyaga. Más de cuatro décadas de trayectoria le contemplan.

Por ello, nadie mejor que Oyaga puede constatar que la compra de prensa escrita, “por desgracia, se está perdiendo”; entre otros motivos, porque “la gente joven prefiere la inmediatez”. El perfil de cliente habitual está muy definido: “Suele ser el de todos los días, que está acostumbrado a leer su periódico antes de entrar a la oficina o al salir del trabajo, con su pinchito. El esporádico acude a la prensa es cuando sale la esquela de un vecino o tiene a un nieto en el equipo de fútbol”.

Su labor va mucho más allá de cobrar el ejemplar que entrega al cliente: “Te siguen preguntando por todo, especialmente cuando salen encuestas electorales, aunque yo leo el periódico después de comer; menos mal que no es obligatorio leer la prensa antes de las seis de la mañana, porque cada uno tiene su criterio y hay que ser muy plural para no meter la pata”.

En su caso, es inevitable echar la vista atrás, cuando la crisis de la prensa escrita aún no era más que un mal augurio: “Cuando empezamos en los quioscos, con la prensa y las revistas tenías para vivir y trabajar a gusto todo el día. Al cambiar los hábitos de la gente, te empieza a faltar mucho cajón. Empiezan las recargas de bonobús, de telefonía, agua, chucherías… Antes era impensable vender eso en el quiosco, pero te ayuda a llegar a final de mes”.

Sin ir más lejos, este fin de semana cerrará el quiosco de la esquina de Pérez Galdós y Vara de Rey, “uno de los puntos de venta más primitivos de la ciudad”. “Ya no tiene tanto movimiento por los traslados en autobús: hay coches, moto… eso de que a las 8:30 paraba el autobús y salían mareas de gente, ya no existe”.

Sector liberado

Y entre las quejas recurrentes del sector, destaca la ‘liberalización’ de la venta: “La libertad de mercado es un cuchillo con doble filo. El estanquero no llega a cumplir sus objetivos y ofrece prensa; lo hace también el de la panadería… No es que te quite tres periódicos, te quita tres clientes que ya no ven toda la oferta de publicaciones que aporta un quiosquero; su lectura se ve limitada y ahí perdemos todos”.

No es la única causa que contribuye a que vender periódicos sea cada vez más complicado: “Antes teníamos el periódico en la puerta a las cinco de la mañana, ahora muchos días a las 6.30 horas tenemos que esperar con las manos en los bolsillos hasta que llega. Así, perdemos un cliente más”.

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