Cuando Estados Unidos estornuda el planeta se resfría. Es una forma sencilla y recurrente de explicar la influencia de la gran potencia mundial sobre el resto de mercados. Y Estados Unidos, si se cumple la palabra de su presidente, está a punto de estornudar sobre el vino.
Porque Donald Trump ha asegurado que estudia subir los aranceles al vino importado desde Francia, aunque el asunto no repercutirá únicamente a las botellas procedentes del país vecino. La visión unitaria de Europa hace que los aranceles sobre el vino galo sean también impuestos sobre el vino que sale de España para ser consumido en Estados Unidos, el mayor consumidor del planeta del último lustro.
¿Por qué amenaza Trump con encarecer el vino llegado de Francia? Según explica el diario ‘El Mundo’ en su edición de este lunes, el presidente norteamericano explicó la pasada semana que “los franceses nos cobran mucho por su vino y nosotros les cobramos muy pocos a ellos por el nuestro”.
Según el Instituto del Vino californiano, Estados Unidos cobra 5 centavos de aranceles por cada 750 mililitros de vino y 14 por el espumoso, mientras que la Unión Europea impone tasas de 11 y 29 centavos por la misma cantidad de producto.
José Luis Benítez, presidente de la Federación Española del Vino y expresidente del Grupo Rioja, señala que “si el producto que vas a tasar hace una competencia dura al nacional y hace que se consuma menos todavía podría justificarse, siempre desde el punto de vista de la Administración estadounidense, pero si encima no es así es más ridículo todavía”.
El pasado año, según los datos facilitados por la propia Denominación de Origen Calificada, Estados Unidos fue el tercer principal destino de las exportaciones de Rioja, con 9,7 millones de litros comercializados.
