CARTA AL DIRECTOR

El cuento de la igualdad entre los ciudadanos de La Rioja

El sistema público de servicio sociales, junto con los de salud, educación y pensiones, constituye uno de los de pilares que articula el Estado de Bienestar, Estado que nació para garantizar un nivel de vida digno a los ciudadanos en condiciones de igualdad.

Este sistema de servicios sociales puede ser el más desconocido por el ciudadano debido a la complejidad y la variabilidad de la normativa que lo ampara y a la inexistencia de una ley nacional que garantice una igualdad territorial. Las leyes autonómicas establecen unos mínimos para que las diferencias entre los ciudadanos se reduzcan o no existan.

En comunidades autónomas como La Rioja, que es uniprovincial y de pequeña extensión, la igualdad en todo el territorio debería de ser un hecho, sobretodo en un sistema que atiende personas tan vulnerables como son: mayores, menores, personas dependientes, personas en riesgo de exclusión o con discapacidad.

Pero dejen que les contemos un cuento, el cuento de la igualdad entre los ciudadanos de La Rioja. Una persona mayor dependiente que solicite el servicio de ayuda a domicilio en La Rioja debería pagar lo mismo en Logroño que en Santo Domingo, o en Cervera que en Santa Coloma o Viniegra de Arriba, ya que para el pago de este servicio se tienen en cuenta aspectos fácilmente medibles como ingresos económicos o bienes que posee.

Sin embargo, esto no es así; y no solo no es así sino que las diferencias pueden ser tan abismales como pagar 3 euros la hora en un municipio o 10 euros en otro. ¿Qué pasa entonces, que hay ciudadanos de primera y de segunda o territorios de primera y de segunda? No es justo que dependiendo de dónde vivas pagues más o menos dinero por el mismo servicio.

Las diferencias también son aplicables a aspectos tan básicos como los plazos para recibir los servicios y ayudas o las cuantías de las mismas. Por ejemplo, una ayuda económica de emergencia social puede tardar seis meses en un municipio riojano mientras que en otro se puede conceder en una semana o quince días, además de tener criterios totalmente dispares para su concesión. Por tanto, de nuevo nos preguntamos si uno es más pobre, por ejemplo, en Grañón que en Calahorra.

Si seguimos analizando, vemos que la desigualdad llega incluso a servicios tan básicos como el de comidas a domicilio para mayores, que existe en unos municipios y en otros no, el servicio de centro de día o los programas de autonomía personal, para familias en riesgo, de apoyo psicológico, etc., a los que no todos los municipios ni sus ciudadanos pueden acceder.

La Consejería de Servicios Sociales es conocedora de estas diferencias pero hace oídos sordos a las recomendaciones que desde el Colegio de Trabajadores Sociales se hacen. Si trasladamos estas diferencias a otros sistemas como salud y educación, estamos seguros de que la respuesta no sería la misma. ¿Qué pasaría si un ciudadano pagase por un medicamento para la tensión 5 euros en Autol y 1,20 en Lardero? ¿Consentiríamos que en un municipio riojano se diese inglés y matemáticas a los alumnos y en otros no? Entonces, ¿por qué se consiente en Servicios Sociales?

¿Y qué queda para los profesionales? Pues estas diferencias también están presentes en las trabajadoras sociales que desarrollan su trabajo en el ámbito rural: contratos por obra o servicio durante décadas, salarios inferiores a los marcados para el personal de la comunidad autónoma así como imposibilidad de acceso a complementos y reconocimientos, como el de la carrera profesional, reconocida a todo el personal de la comunidad, a pesar de que casi el 100% de nuestro salario viene subvencionado por la Consejería de Políticas Sociales.

También es necesario denunciar las condiciones lamentables en algunos despachos (sin teléfono, calefacción o internet), eso cuando existe el despacho, porque todavía hay Trabajadoras Sociales atendiendo los problemas de las personas en locales multiusos. ¿Será, entre otras cosas, porque esta es una profesión feminizada? Esto nos da para otro cuento… Continuará.

*Puedes enviar tu ‘Carta al director’ a través del correo electrónico o al WhatsApp 602262881.

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