En sí, derribar muros, cuando estos encorsetan, no es malo. Pero claro, cuando esos muros no comprimen sino que son parte de un jardín y tienen que estar en pie, porque para eso se han erigido, y sin embargo están en el suelo, ya no tiene tanta gracia.
Así lo ha podido comprobar nuestro Sereno de NueveCuatroUno al que llega una imagen que habla por sí sola, un ‘murito’ roto en el parque del Ebro. El testigo de tal hallazgo no cabe en su asombro: “Sin palabras. Así se las gasta el personal. Traseras del jardín situado en frontón del parque del Ebro”.
Aunque no es la única zona de ese entorno que le deja estupefacto a este lector. “De paseo por el Soto (zona inundable) mejor no hablar. El embarcadero, por decir algo, es de nota”.
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