Los planes de 941

Diez experiencias que solo podrás vivir en la Semana Santa de La Rioja

La Semana Santa es una de esas fechas propicias para abandonar durante unos días la rutina en busca de experiencias únicas, que ayuden a desconectar del día a día con la primavera como gran telón de fondo. Y La Rioja, a pesar de ser una de las regiones más pequeñas del país, aúna planes para todos los gustos y perfiles. De todos ellos, seleccionamos una decena para que compruebes que no hace falta pegarse una gran kilometrada para gozar a lo divino.

1. Tomad y bebed…

Ahora que los días se alargan y las temperaturas se suavizan, no aprovechar la ocasión de conocer a fondo la tradición vitivinícola riojana es un pecado capital. Y para capital, la del Rioja. La milla de oro del vino en la región. Con más de un siglo y medio de historia, el Barrio de la Estación de Haro aglutina todo lo imprescindible para entender cómo la comunidad echó a volar a partir del siglo XIX con el vino como combustible.

Darse un paseo por el barrio ya justifica una escapada, pero para profundizar más en la esencia de Rioja tienes casi un centenar de bodegas donde perderte entre los mejores caldos del mundo.

2. Bocato di cardinale.

Visitar La Rioja en Semana Santa solo te producirá remordimientos de conciencia si acabas de ponerte a dieta. Porque la gastronomía en los siete valles son palabras mayores. Ninguna otra región de España puede presumir de tener tantas estrellas Michelin por habitante y eso no es por casualidad.

De ruta por los restaurantes más prestigiosos o serpeteando por La Laurel y la San Juan de Logroño, auténticas catedrales de la gastronomía popular, comer en La Rioja es mucho más que echarle algo de alimento al cuerpo.

El Portal del Echaurren en Ezcaray cuenta con dos estrellas Michelin. Excusa perfecta para coger fuerzas en tu visita a la parte alta del valle del Oja . ¿Quieres esquí? A la estación de Valdezcaray. ¿Quieres bici? La localidad es ‘bikefriendly’. ¿Quieres paseo? A caminar por los senderos. ¿Quieres el vermú en la plaza? Pues eso es más fácil.

3. Siguiendo huellas de dinosaurios.

Es bastante probable que, si tienes peques en casa, no te dejen leer los siete planazos que te hemos seleccionado de aquí en adelante. En cuanto les digas que podrían bañarse junto a dinosaurios en la única piscina cretácica del mundo, la suerte estará echada. No les falta razón. Ya sabes lo que cuentan de los niños y los beodos. Serán insistentes, pero no te engañarán.

Al sur de la región, en Enciso, puedes seguir el rastro de los auténticos dueños del planeta hasta hace 65 millones de años. Lo que tienes por delante es una experiencia de lo más singular: divertirte en un parque de peloaventura en plena Reserva de la Biosfera. Pero si buscas algo más relajado, cerca de allí puedes relajarte en las pozas de Arnedillo, antes de completar tu ruta en Arnedo, renovar tu calzado y participar el Jueves Santo en el día del Ajo Asado. Nueve mil ajos y 2.400 huevos te esperan en la cita, pero no hace falta que te los comas todos.

4. Donde cantó la gallina después de asada

Siempre es un buen momento para visitar Santo Domingo de la Calzada. Lugar de paso obligado en el Camino de Santiago, posee el único templo religioso del mundo habitado por animales vivos: una gallina y varios gallos.

Pero es que este año, además, la ciudad está preparada para vivir un momento único: el milenario del nacimiento del santo, a la sazón fundador de la ciudad. La apertura de la Puerta del Perdón de la catedral el próximo día 25 inaugura un completo calendario de actividades que finalizarán el 12 de enero con un gran concierto de clausura.

5. La mayor colección de sacacorchos del mundo

Además de un placer para los sentidos, el vino es cultura y se materializa en mil y una disciplinas diferentes. Y si existe un lugar de La Rioja donde defiendan esta tesis, ese es el Museo Vivanco de la Cultura del Vino de Briones. Además de óleos relacionados con el vino firmados por los mejores pintores del mundo, esta instalación posee otra singularidad.

En ningún otro territorio del planeta se concentran tantos sacacorchos como en el Museo: casi 3.500 piezas catalogadas, que dan buena cuenta de lo mucho que ha evolucionado la industria vitivinícola a lo largo de los tiempos.

6. Y el verbo se hizo carne.

Ahora que los montes comienzan a ofrecer sus tonalidades más vivas y la nieve ha desaparecido de las carreteras de la sierra, el entorno de San Millán de la Cogolla se presenta como uno de los destinos más apetecibles para bucear en los orígenes del castellano. Allí se conservan los primeros escritos en la lengua, custodiados en dos monasterios, los de Suso y Yuso, que son Patrimonio de la Humanidad desde hace dos décadas.

Si la arquitectura medieval te apasiona, en Nájera tienes otro de esos enclaves que no debes pasar por alto en tu visita a La Rioja. El Monasterio de Santa María La Real se transforma, además, esta Semana Santa para acoger las representaciones de la obra ‘Madre’. A cargo de Sapo Producciones, las imágenes de los pasos cobran vida en tres funciones diarias de microteatro que los visitantes pueden contemplar las noches del Lunes, Martes y Miércoles Santo.

7. Judas está que arde

De entre todas las actividades que se desarrollan en La Rioja durante estas fechas hay que reservar un apartado especial para los Judas de Alfaro. Por todos es sabido que la figura del Iscariote no goza de excesiva popularidad por aquello de haber traicionado a Jesús a cambio de treinta monedas de plata.

En la localidad riojabajeña le ‘homenajean’ cada Domingo de Resurrección quemando en torno a un centenar de peleles colgados en las calles de la ciudad. Al igual que en otras celebraciones populares, la cita se aprovecha para ‘saldar cuentas’ con los personajes más impopulares del año: los vecinos elaboran réplicas de los ‘antihéroes’ de la sociedad contemporánea para prenderlas y que el fuego acabe por consumirlas.

8. Otra mirada al pasado

El copioso patrimonio conservado en la región permite realizar un intenso viaje a través de los siglos en diferentes municipios de su geografía. En el valle del Alhama-Linares emergen los restos de Contrebia Leucade, uno de los yacimientos celtibéricos mejor conservados de la península ibérica.

Pero si es la historia del medio natural la que te apasiona, en Ortigosa de Cameros puedes perderte en el Encinedo, un poblado de encinas formadas hace millones de años, en plena era jurásica. Como colofón a tu visita, no dejes de contemplar las cuevas del municipio, donde el efecto del agua ha creado todo un espectáculo para los sentidos en forma de columnas y estalactitas.

9. Una Pasión singular.

Existen mil formas diferentes de entender la Semana Santa a lo largo y ancho de los países latinos. Pero pocas tan impactantes como la que toma cuerpo cada año en San Vicente de la Sonsierra. Los disciplinantes (o ‘Picaos’) se autoflagelan desde el anonimato para purgar sus pecados mediante el golpeo continuado con una madeja de algodón sobre su espalda desnuda. Para evitar que la sangre se coagule, el acompañante ‘pica’ tres veces ambos lados de la zona lumbar con la ‘esponja’: una bola de cera virgen con seis cristales incrustados de dos en dos.

En Calahorra, lejos de ser los ‘malos’ de la película, los romanos se convierten en los auténticos protagonistas de la Semana Santa. Cada año, entre el Sábado de Pasión y el Domingo de Ramos la ciudad bimilenaria se transforma, emulando su pasado como ‘Calagurris Iulia Nassica’, con tropas de centuriones y todo tipo de actividades organizadas por el Grupo Paso Viviente que permiten retroceder dos mil años en el tiempo.

10. La Semana Santa, paso a paso

Pero si algo define el carácter de todos y cada uno de los municipios de un territorio, es el modo en el que desarrollan sus celebraciones tradicionales. Y en Semana Santa, lo que el visitante puede contemplar en las procesiones no es sino un legado que se preserva durante siglos. En La Rioja, cofradías como las de Haro, Logroño o Calahorra (estas dos últimas, declaradas Fiestas de Interés Turístico Nacional) ponen en la calle una representación de la Pasión de Cristo con una marcada impronta castellana.

No obstante, al tratarse de una tradición viva, no resulta ya extraño comprobar cómo las hermandades incorporan elementos característicos de otras latitudes, como Andalucía. Mézclate entre los fieles y asiste a una forma de entender la religión cuyo origen se remonta hasta cinco siglos atrás. Vívela a tu manera, pero no dejes de vivir La Rioja en esta primera gran fiesta de la primavera.

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