La Rioja

Miguel, el médico riojano que aprendió gallego para atender mejor a sus pacientes

Miguel López del Pueyo es un joven médico de familia riojano que hace siete meses hizo las maletas para instalarse en Galicia. Lo hace ejerciendo la medicina, pero no del modo en que le gustaría. La precariedad del sistema le hace ir saltando de contrato en contrato y, en este tiempo, ya ha firmado más de una treintena de ellos, pasando por veintidós centros de salud diferentes.

Y esa movilidad no tiene nada que ver con ninguna falta de adaptación al sistema. Todo lo contrario, porque en estos siete meses se ha puesto las pilas hasta el punto de aprender gallego para, así, atender mejor a sus pacientes y afinar sus diagnósticos. “La mayor parte de mis pacientes se expresan en esa lengua -explicaba días atrás en la sintonía de la Cadena SER- y una de las maneras que existen para acercar el sistema sanitario es facilitar que la gente pueda expresarse en el idioma que le resulte más cómodo”.

Este facultativo riojano subraya que hablarle en gallego a sus pacientes no tiene nada que ver con un exceso de cortesía hacia ellos: “No es un gesto de deferencia o de respeto, es que muchas veces el conocer la lengua local te permite ofrecer una mejor asistencia”.

La cara ‘B’ es, precisamente, la dificultad para establecerse en un mismo punto y, así, atender a los enfermos con mayor regularidad y poder seguir su historial de primera mano. “Nunca estás demasiado tiempo en un mismo lugar y se pierden algunos de los valores de la Atención Primaria, principalmente la longitudinalidad”, lamenta.

‘Una historia de mierda’

Su disposición a aprender idiomas no es lo único que caracteriza a Miguel López, que hace ya casi tres años convertió en viral el relato de ‘Una historia de mierda‘, en el que explicaba “para desahogarme lo que pasa cuando fallamos como sistema sanitario”.

En esta ocasión no solo ha recurrido a los medios de comunicación para denunciar la precariedad que padecen médicos como él al saltar de contrato en contrato. En estos siete meses, además de aprender gallego, ha elaborado un mapa en el que señala todos los centros de salud en los que ha trabajado.

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