Tras anunciarse en Pamplona hace ya un año que estaría el Circo del Sol con su nuevo espectáculo inspirado en la película Avatar, adquirí en su página web sus localidades (de enero de 2018 para el 9 de febrero de 2019) al precio de 82 euros cada localidad. En tendido normal, nada especial. El precio era ese.
Este sábado, con la máxima ilusión y más, dadas las bendiciones de lo publicado en la prensa local pamplonica nos desplazamos para asistir a dicho evento, pero una vez en el circo, ni vimos Circo ni salió el Sol. La ‘cosa’ consistió fundamentalmente en una especie de espectáculo visual provocado por un ‘maping’ cenital, ciertamente muy elaborado, mientras saltimbanquis disfrazados de los avatares azules, daban vueltas y brincos como niños desbocados al salir de recreo en el patio del colegio.
Un argumento tan indigestible como mal explicado. Música enlatada (cuando este circo nació reivindicando la música en directo, que ninguno convencional tenía; otro detalle más de golfería), mas ninguna actuación circense mínimamente destacable. Como anécdota, en un momento dejaron solo en la pista central a un ser azul, más grande que un pitufo, para lo que parecía ser el primer número de habilidad circense. El pitufo lanzador hace volar unos artefactos con efecto bumerán, que hacen de gota que colma el vaso, al ridiculizado espectáculo no circense. Una tontería digna de escalera, cabra y trompeta.
Señoras y señores, el Circo del Sol ha muerto. Vivan los pitufos timadores: 164 euros por nada y una ilusión perdida. Y para colmo, inciden en el tópico del lobo malo y hasta lo matan.
Desde luego, al circo este volverá otro, yo no. Y por eso escribo estas líneas, para que no timen a nadie más otra vez, porque volverán. Se lo tienen muy bien estudiando: solo actúan en una ciudad por país y lo hacen de dos a tres veces al mes, de cuatro a siete días y con ventas anticipadas muchísimos meses antes. Puro marketing, puro timo.
*Puedes enviar tu ‘Carta al director’ a través del correo electrónico o al WhatsApp 602262881.
