Deportes

Tiempos pasados no siempre fueron mejores

Por Javier Adán

El Agustín Arganes (Jesuitas), los anexos de Las Gaunas, Las Canteras en la cuesta Pavía, el campito de hierba natural de Gráficas González, el Planarresano de Arnedo, el Ferial de Haro… ¡Qué recuerdos! Campos con solera que a duras penas soportaban los fríos inviernos; tractores, rodillos y mangueras para conseguir el mejor estado del terreno para los más pequeños. Ardua tarea.

Y en esos campos se batían el cobre los jugadores riojanos, niños que por aquel entonces no eran protagonistas, el jugador riojano todavía sin cotizar apenas salía de su entorno, solo podían hacerlo los más dotados, los elegidos. El resto soñaba con jugar algún día en el viejo Las Gaunas vistiendo de blanquirrojo. Otros tiempos.

Y entonces desapareció el fútbol profesional en La Rioja, se creó la Ciudad del Fútbol de Pradoviejo y la Federación Riojana consiguió sus propios grupos en Juvenil Nacional y Tercera para independizarnos a nuestra manera. Con tanto campo de hierba artificial por La Rioja, los clubes empezaron a exigir a sus entrenadores y claro todo el mundo quería entrenar tres y cuatro días a la semana; el jugador empezó a ser protagonista. El despertar del fútbol riojano. Y con ello los grandes clubes de Primera División aterrizaban en nuestra ciudad con sus centros de tecnificación. Más madera.

Y todo esto, aunque a alguno le parezca lo contrario, nos ha hecho más fuertes y mejores a nivel individual, nos ha dotado de más horas de vuelo, de más formación y nos ha hecho salir de nuestra tierra para competir en grandes torneos de Euskadi, Navarra y provincias limítrofes.

Abandonamos nuestra zona de confort de comunidad pequeña para entrenar como en las grandes ciudades españolas. El jugador riojano ha mejorado y mucho. Algunos de esos jóvenes están aterrizando en la Segunda B y este fin de semana los vamos a ver en el UD Logroñés – Calahorra que se juega en Las Gaunas. Vendrán más.

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