Entrevista

“Aceptar bulos es no entender la lucha contra la violencia de género”

El ruido ha rodeado a Flor Moral desde que el pasado 14 de enero asumiera los mandos de la Unidad Contra la Violencia de Género en La Rioja. El PP cargó contra su nombramiento, acusando al PSOE de convertir la Delegación del Gobierno en una “agencia de colocación”, dado su parentesco con el concejal socialista en el Ayuntamiento de Logroño, Kilian Cruz-Dunne.

Su misión es mitigar en la región la lacra que representa la violencia contra la mujer, si bien admite que el momento no es el idóneo por las cifras y por el momento de crispación política que vivimos. En 2018 el sistema Vio Gén de seguimiento de las víctimas registró 422 casos denunciados en La Rioja, aunque en lo que llevamos de año la cifra se ha visto incrementada en otros doce.

-¿Qué tal ha sido su aterrizaje en el nuevo cargo?

-Ha sido forzoso y escabroso, porque no se me ha facilitado de ninguna manera mi llegada. Vengo a la Administración General del Estado como empleada del Gobierno de La Rioja, lo que exige que se pida una comisión de servicio a Función Pública que se resuelve en positivo. Lo que no tiene sentido es que, estando en su mano otorgármela, que me la den para atacarme de manera pública sin tener en cuenta la afectación de tipo psicosocial hacia mi persona. A quien han perjudicado con este lío político es a una persona con unos valores y unas consecuencias que no se me han tenido en cuenta.

-¿Se siente víctima de una actitud machista?

-Ha sido una actitud machista, claro que sí. Han colocado a mi marido por encima de mí; deciden que yo ocupo este puesto por la valía de mi marido. La violencia de género es la consecuencia más asquerosa de un entorno de desigualdad.

-¿Qué retos se plantea al frente de la Unidad?

-Participaré en mejorar en la medida de lo posible los datos de que disponemos, lo cual va a resultar difícil. La violencia de género es estructural, la hemos heredado a lo largo de los años por cómo se ha comportado la sociedad e ir hacia situación de igualdad nos va a costar. Eso significa que, dadas sus particularidades, somos todos quienes tenemos que participar: no es una cuestión exclusiva de las mujeres, de un momento o de una sensibilización puntual, sino una tarea diaria de toda la sociedad.

-Ciertas fuerzas políticas han cuestionado sin pudor las redes de lucha contra la violencia de género.

-Cuando hablan de denuncias falsas la Fiscalía General del Estado señala que su existencia es inferior al 0,01%. De 16.288 denuncias, 23 eran falsas o, lo que es lo mismo, quienes las pusieron fueron castigadas porque presentar una denuncia falsa es un delito. No sé por qué interesa a determinados partidos políticos manipular estas cifras, quizás tienen miedo a perder ciertos privilegios que han tenido, pero no se puede cuestionar la Ley Integral de Protección contra la Violencia de Género porque lo único que pretende es proteger a la mujer, sin desproteger al resto.

-¿Qué le preocupa más, que una formación lance mensajes incendiarios o que tenga su electorado?

-Comprar esos mensajes equivale a no entender lo que es la violencia de género. En el Convenio de Estambul se hizo una diferenciación clara entre la violencia de género y la doméstica y han intentado tumbar la Ley (que, por cierto, está premiada por la Unión Europea) ante el Tribunal Constitucional y el Constitucional ha insistido una y otra vez en que su único propósito es la protección de la mujer y que esa protección no está sobrevalorada.

-¿Son los ciudadanos extranjeros quienes más delitos cometen contra la mujer?

-Para nada, ese es otro bulo. El pasado año el 63,8% de las denuncias presentadas por violencia de género eran contra ciudadanos españoles. No sé si se le está dando mayor publicidad a los casos protagonizados por ciudadanos extranjeros o que, simplemente, hay gente que repara mayor atención en ellos.

-¿Existe la ‘ideología de género’?

-Hay que tener en cuenta el género en ciertos aspectos de la vida social, como en la prevención de riesgos laborales, el ámbito del que provengo. No obstante, cuando se plantea una lucha entre ‘machistas’ y ‘feministas’ no hay que olvidar que el feminismo no es contrario al machismo, sino que pretende la igualdad entre hombres y mujeres.

-Su oficina debe centralizar muchas ramas que convergen en la lucha contra la violencia de género, ¿le ha dado tiempo a poner en orden su plan de acción?

-Estamos todavía en ello, pero estoy muy ilusionada y comprometida porque el reto es sumamente importante. En el puesto anterior llevaba veinte años y me parece muy interesante por el momento que vive la situación actual. Se empiezan a cuestionar cosas incuestionables. Tengo tres hijos, un varón y dos niñas, y no me parece normal que a la hora de salir a la calle se tenga en cuenta la forma de salir de uno u otras en función de su género. Tenemos que vivir en una sociedad en igualdad porque todos nacemos iguales.

-¿Cómo se consigue eso?

-La educación es el pilar fundamental, pero no me refiero exclusivamente a la que se imparte en los centros, sino en el hogar. Los menores tienen que ver actitudes de igualdad. Es cierto que hay determinadas actitudes o vicios que se han normalizado en lo relativo, por ejemplo, al reparto de tareas. Si a través de la educación en casa y los colegios conseguimos avanzar en igualdad seguramente las cifras de violencia de género disminuirán considerablemente.

-¿Hay cierto repunte de actitudes machistas entre los jóvenes?

-Hay un nuevo factor, las redes sociales. A veces determinados casos tienen más repercusión que otros y se puede crear la ilusión de que existe un repunte. Con los adolescentes nos encontramos con un tipo de violencia añadida, la digital. Sí que es verdad que en las cifras del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) del tercer trimestre de 2018 figuran más denuncias contra agresores más jóvenes.

-¿La lectura optimista es que las chicas jóvenes han perdido el miedo a denunciar?

-No me quejo por que haya más casos de violencia de género, porque lo atribuyo a que existe mayor sensibilidad y hay más lugares a los que acudir para reconocer que te están agrediendo, aunque sea en sus episodios más leves. De hecho, el CGPJ recoge en su informe un aumento en el número de denuncias pero también una disminución en el de víctimas.

-En los últimos años se han llevado a cabo determinadas medidas contra el machismo cultural, como ‘vetar’ canciones que atenten contra la mujer en festivales de música. ¿Qué opinión le merece?

-Estoy de acuerdo con eso, desde luego. Todo lo que sea incentivar y dejar que esos mensajes desigualitarios sigan en la sociedad perjudica a la mujer y lo que se pretende es crear un ámbito de mayor igualdad. Por eso se retiran vallas publicitarias con contenidos machistas; es un problema de todos y si todos no estamos contra el machismo no avanzamos.

-¿Hay algunas letras terribles en ese sentido y, curiosamente, sus autores cuentan con legiones de seguidoras?

-Creo que no alcanzan a entender las consecuencias de aplaudir ese tipo de discursos. Habrá que insistir más en tareas de sensibilización.

Subir