La Rioja

El misterio del ‘número 14’ en la última campaña institucional de La Rioja

Los números son esos elementos aparentemente inocuos a los que a menudo los humanos les atribuimos cualidades especiales. Todos tenemos un número de la suerte, solo una compañía aérea (Alaska Airlines) incluye la fila 13 en sus aviones por aquello de la superstición y el ‘¡un, dos, tres… catorce!‘ es ya todo un himno para U2.

Así son los dígitos, esos grafismos ideados para darle sentido al universo que nos rodea. El problema aparece cuando la ausencia de un número en una cadena rompe su sentido. En ese momento se enciende una alarma en nuestro cerebro y necesitamos encontrarle una explicación racional para devolverle a la sucesión de guarismos su orden natural.

Algo así ha ocurrido en la campaña institucional del Gobierno de La Rioja para divulgar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que deben marcar la agenda de las distintas Administraciones en aras de un progreso que pase la menor factura posible a nuestro entorno.

Desde que el Ejecutivo autonómico empapeló media comunidad con carteles en los que se muestra cada uno de estos objetivos, hay quien vive con una duda que atormenta su cabeza. Porque los más observadores no han pasado por alto que entre el número 13 y el número 15 no existe un número 14. ¿Qué pasa aquí? ¿Es un error de diseño o, peor aún, alguna suerte de conspiración secreta intenta ocultarnos su existencia? En la propia web oficial del Gobierno también falta un número. Adivina…

La respuesta es más lógica que cualquiera de lo que parece. Si acudimos al listado de Objetivos de Desarrollo Sostenible descubrimos que además de además de ‘acabar con la pobreza’, el ‘hambre cero’, la ‘igualdad de género’ o la ‘energía asequible y no contaminante’ también aparece un ‘vida submarina’. ¿Adivinas en qué posición? Coooooorrecto, en la decimocuarta.

Así que, a menos que consideremos que nuestros siete ríos y sus correspondientes embalses tienen el calado suficiente como para dar refugio a ballenas, focas, tiburones y vaya usted a saber qué más animales acuáticos (por ahora tenemos truchas y siluros de impresión), no tendría demasiado sentido que el Gobierno riojano dedicase excesivos esfuerzos a preservar la vida submarina.

Vale, sabemos lo que estás pensando. La Rioja tiene playa y se llama Salou, pero es solo una realidad no contemplada en ningún documento oficial. Por lo menos, ya podemos dormir tranquilos sabiendo que la cartelería institucional está más que correcta. Misterio resuelto.

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