Día grande de fútbol en Miranda. La UD Logroñés visita Anduva, acompañada por más de seiscientas gargantas llegadas desde La Rioja. El viaje no es muy largo. El astro acompaña. Y el fútbol se convierte en la excusa perfecta para pasar un domingo entre amigos, vecinos burgaleses y la gastronomía de la capital ferroviaria.
Antes del fútbol, vermú torero plagado de banderas riojanas, bufandas blanquirrojas y camisetas rojillas. El centro de Miranda es un ir y venir de aficionados desde el mediodía (tres autobuses han partido a primera hora desde Las Gaunas), que aprovechan el buen clima de la jornada para compartir la vida. El fútbol. El viajar.
Y como ya ocurriera en temporadas anteriores, en la calle 2 de Mayo se encuentra El Rincón Rojillo. Entre los bares Madrid y Topas (el Deportivo ha bajado la persiana y luce un cartel de ‘se alquila’), una carpa, un ordenador y varios aparejos de cocina son señal inequívoca de que ahí va a pasar algo. La música pone el resto. La música… y una buena paella a 1,80€ la ración.
El cocinero es Pablo, del Bar Madrid, que invita a los aficionados de casa y de fuera a compartir esta fan zone para el goce futbolístico. “Hay que vivir este gran partido y queremos que también sea un buen día en las calles de Miranda. Llevamos cuatro años haciendo esto, y funciona. Los aficionados de Segunda B lo agradecen y nosotros estamos encantados”. Desde las 14 , la paella está lista, la música en marcha, y el ambiente en aumento. Es un Mirandés contra el Logroñés y hay que vivirlo en plenitud.