El frío entumece los músculos, pero el ambiente navideño consigue relajarlos, dibujar sonrisas en los más pequeños y ternura en los mayores. Pasear por un mercado navideño escenifica todo ello: niños con ojos que brillan, adultos que se convierten en niños… Y desde este año en Logroño se puede vivir la experiencia en el recién inaugurado mercado de Navidad, en el corazón de la ciudad, en El Espolón, donde estará hasta el próximo 5 de enero.
Sentir la experiencia de este mercado en primera persona puede hacerse de distintos modos… ¿Y si viajamos a Europa, tipo mercado de Bruselas en pequeño o Estrasburgo en miniatura, estando en Logroño? Imaginar es gratis. La posible receta: ojos cerrados, suena Frank Sinatra entonando el Jingle Bells. A partir de ahí, vagar entre los puestos de madera, descubrir las opciones: de adornos navideños, flores de Pascua, libros, tazas, turrones…
Y entre esos puestos destacan dos, como ‘internacionales’, en lo referido a lo que transmiten: el del vino, que además de vino de Rioja, reparte por las tardes vino caliente, de origen alemán, para entrar en calor con ese saborcito a canela; y puesto de Muchachita, la pastelería logroñesa donde el surtido de dulces es ‘english’ total: cookies, cupcakes, carrot cake, brownie…
A todo ello hay que añadirle un elemento que puede ser considerado la estrella: el ‘photocall’ de los renos luminosos. Los pequeños gozan metiendo su cabecita entre las figuras, los mayores rejuvenecen y se vuelven niños por un momento. Móviles en mano, es la ocasión de ser ayudante de Papá Noél, o Santa Claus, con El Espolón de fondo, todo un hito.
Así que, entre medio de la Concha del Espolón y la estatua de El Espartero, la quincena de puestos pondrán la calidez navideña a los riojanos y visitantes, en horario de mañana (de 11 a 14 horas) y tarde (de 17 a 19) durante el puente y fines de semana, y de tarde los días laborables.
Definitivamente, la Navidad está llegando a Logroño.
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