Deportes

Gurutz Aguinagalde: “Creo que dejo el club en un momento óptimo”

Gurutz Aguinagalde (Irún, 1977) es toda una institución del BM Logroño. Tras catorce temporadas vistiendo la franjivina, el portero vasco afronta sus últimos días como profesional. A sus 41 años, tiene por delante una gran oportunidad; intentar ser presidente del club de su tierra: el Bidasoa Irún.

Llegó a La Rioja con un equipo en Segunda División y se marcha de uno de élite, fijo en competiciones europeas. Gurutz ha vivido de primera mano la progresión meteórica del 40×20 en la capital riojana, aunque cree que podía haberse llegado más alto. “Perdimos la oportunidad de hacer un equipo gigante cuando llegamos a la Champions”, lamenta. Con una profunda charla, NueveCuatroUno quiere hacer un homenaje a su amplia trayectoria y huella imborrable.

-¿Cómo afronta sus últimos días con el equipo? ¿Se imaginaba convertirse en un símbolo?

-Con sentimientos contradictorios. Por un lado ilusionado por la oportunidad que vamos a afrontar en Bidasoa; pero por otro con pena porque siempre cuesta dejarlo después de catorce años aquí. Una mezcla de tristeza e ilusión. Han sido muchos años en los que se han conseguido cosas muy importantes. En ese sentido, me queda la satisfacción del trabajo bien hecho.

-Da un poco de vértigo ver cómo ha crecido el balonmano en Logroño…

-Cuando llegué, el proyecto pintaba bien, la gente era muy seria. Veía que era un proyecto muy sólido, pero la verdad es que el crecimiento que tuvo el equipo no fue normal. En pocos años se ascendió, se consolidó, se entró en Europa, y de ahí a la Champions. El crecimiento ha sido espectacular y estoy muy satisfecho de haber aportado mi granito de arena. Y sobre todo de haber estado tantos años y tan a gusto y dándolo todo por un equipo. Yo siempre decía que mi casa era Bidasoa, pero ahora mismo considero que tengo dos casas. Logroño es también mi casa y me considero un riojano más.

-Vayamos paso a paso; ¿cómo recuerda los inicios en la élite?

-Los primeros años fueron complicados. El primer año tuvimos presión de querer ascender, aunque el club no nos lo exigió. Nos costó porque nos exigíamos mucho. El primer año en ASOBAL tuvimos que esperar hasta el último día para lograr la permanencia. Probablemente fueran los momentos más difíciles en este club. Teníamos mucha ilusión, pero nos costaba mucho. Había mucha competencia, nuestros rivales luchaban por lo mismo y fue duro. Luego ya vino el crecimiento (EHF, Champions). Al final, acabamos peleando por títulos, creo que tenemos nueve subcampeonatos.

-En 2009 y 2010 consiguieron los primeros hitos: dos semifinales consecutivas en EHF y séptimo y quinto puesto en liga…

-Fueron los primeros momentos importantes del club. La entidad era muy joven (fundado en 2003), no teníamos mucho nombre a nivel nacional. En cambio, ya estábamos dando que hablar por Europa. El club se dio cuenta de la importancia que estaba cogiendo. Hay que seguir trabajando con ilusión y con ganas para que esos momentos puedan volver algún día.

-2011 y 2012 fueron sin duda temporadas complicadas, al no conseguir billete europeo. ¿Llegaron a dudar del proyecto o lo tuvieron claro?

-Yo nunca he dudado del proyecto. Ni yo, ni Jota ni la directiva. Al final, hay circunstancias y momentos diferentes. Supimos aprovecharlo para analizar la situación y crecer. El equipo dio un paso para atrás, pero para dar tres-cuatro hacia adelante. Luego vinieron los grandes éxitos: clasificarnos para la Champions y muchas finales consecutivas. El club ha sabido aprender sobre la marcha.

-La 2012/13 fue inolvidable. Lograron vencer en casa a Barcelona y Atlético de Madrid y debutar en Champions…

-Sí, fue todo un sueño clasificarnos para la máxima competición continental. Logroño ya estaba empezando a ser una plaza complicada para cualquier equipo. Perdieron ese mismo año los dos grandes equipos aquí y la verdad que fue el augurio de las cosas que iban a venir a nivel europeo. Seguro que los aficionados recordarán esas primeras victorias tan importantes.

-¿Cómo se sienten al saber que fueron los últimos en haber vencido al Barcelona fuera de casa?

-Sí, al final este es otro de los pequeños hitos que ha ido consiguiendo el club. No dejan de ser estadísticas, pero generaron un caldo de cultivo muy bueno para el futuro del club. A pesar de todos los éxitos, el club sólo tiene 15 años. Ojalá que estos éxitos sean las bases para que Logroño pueda tener muchos años disputando cosas importantes a nivel nacional y europeo. Son datos anecdóticos, pero que consolidan el proyecto.

-Después de aquel gran año, lograron consolidar la segunda plaza, logrando ser el mejor tras un Barcelona intratable. Además, hicieron récord de puntos (48).

-Hicimos grandes campañas. Luchamos con equipos con más presupuesto que nosotros. Consolidamos esa plaza, no sólo en Liga, sino en diferentes competiciones (Copa del Rey, Supercopa), jugando diferentes finales contra el Barcelona. Nos sentimos orgullosos de haber sido la alternativa, aunque nos da pena no haber podido ganarles en una final. Pero para perder finales, tenemos que llegar.

-Siendo consciente de la dificultad máxima; ¿le queda la “espinita” de no haber podido conseguir ese título?

-Cuando llegó Jota teníamos sueños e ilusiones. Cuando íbamos cumpliéndolos, sí que pensamos en poder ganar un título conjuntamente, después de tantos años. Dejamos un legado muy importante y estoy seguro que algún día el club conseguirá un trofeo. Yo, como aficionado, pues seguro que lo voy a disfrutar, casi tanto como si hubiera estado dentro.

Final de la Copa del Rey 2016-17 | Asobal (Twitter)

-Hace un año, Naturhouse dejó el patrocinio al equipo. ¿Lo acusaron a nivel económico?

-Está claro que un gran patrocinador ayuda mucho en ese sentido. Creo que estamos en una tierra con grandes empresas y bodegas y es difícil de entender cómo no hay una apuesta más fuerte por un proyecto tan asentado. Las ayudas siempre son importantes, cualquier empresa que pudiera patrocinarnos nos haría dar un salto importante. Al final, la realidad es la que es y tenemos que seguir trabajando. A pesar de la pérdida del patrocinador y la marcha de Jota, el equipo sigue estando ahí. Este club tiene trayectoria, pero esa aportación ayudaría muchísimo.

-Cambiando de tercio, ¿cómo ve al equipo en esta temporada?

-Buenas sensaciones, una plantilla con proyección. Cuando yo me vaya, la media bajará muchísimo y será uno de los más jóvenes del campeonato. Si el equipo es capaz de mantener a este bloque, la institución puede tener un rendimiento muy importante en los últimos años. Creo que dejo el club en un momento óptimo.

-¿Cuál considera que ha sido su mejor momento en el BM Logroño?

-En catorce años, elegir un momento es complicado. Probablemente, la victoria en el Palacio frente al PSG, jugando todo el partido y estando muy bien. Creo que puede ser el zénit del club, tanto a nivel nacional como europeo. Aparte de eso, creo que todos los instantes son importantes. Al final, jugadores, técnicos y directivos han puesto su granito de arena para que Logroño esté donde esté. Haber participado en el crecimiento del club es mucho más importante que un partido puntual.

-¿Quién es la persona que más le ha marcado en su carrera profesional?

-Jota González. Yo venía del Bidasoa, he tenido muchos entrenadores, pero la forma de vivir el balonmano y el respeto hacia su profesión me marcó. Evidentemente, uno no llega a los 41 años en activo si no está ilusionado. Él ha sido muy importante en esa motivación.

-Hablando de esa motivación, ¿cómo ha conseguido mantenerse tantos años en la élite, tanto física como mentalmente?

-Aunque hay un componente genético, creo que detrás hay mucho trabajo. Si en algo he sido un ejemplo para mis compañeros, ha sido en los entrenamientos. Siempre he dado el 120% y creo que mantener esa base me ha hecho poder alargar mi carrera deportiva. Considero que podría haber seguido un par de años o tres más, porque aún estoy con ganas. Pero la vida da vueltas y se ha cruzado un proyecto muy importante.

-En 2017, consiguió debutar con la selección española en Irún en el Memorial Domingo Bárcenas, frente a Polonia. Pudo jugar con su hermano Julen y delante de su ciudad, ¿el broche de oro a su carrera?

-Una de las guindas. Cuando eres deportista profesional, siempre tienes la ilusión de llegar a jugar con tu selección. Había estado en diferentes listas, con opciones. Pero el balonmano español siempre ha tenido unos porteros increíbles. En el momento en que menos me esperaba, con 39 años, me llegó la opción de debutar. A esas alturas, los objetivos son diferentes. Poder disfrutar con mi familia y mi hermano, jugando un buen partido y encima consiguiendo el MVP. Todo fue tan redondo que creo que ni el mejor guionista hubiera escrito una historia mejor.

Los hermanos Julen y Gurutz Aguinagalde, en la selección en 2017. Twitter: Gurutz Aguinagalde.

-¿Se fija mucho en su hermano como ejemplo?

-Lo que Julen ha logrado y está logrando es algo increíble. Yo le admiro mucho, no es malo que un hermano admire a otro. Lo que más valoro de él es como ha crecido como persona. Alguien que ha sido uno de los mejores jugadores del mundo, comparable a Karabatic, Omeyer o Hansen. Aún así, mantiene la humildad y los valores de siempre. Es un ejemplo, tanto para mí como para cualquier joven que practique deporte.

-Hace algunos días, Jota González afirmó en este mismo medio que se había perdido “una oportunidad histórica para que Logroño se conociera en el mundo por el balonmano”. ¿Su pensamiento va en la misma línea?

-Estoy totalmente de acuerdo con él. Se ha perdido la oportunidad de hacer un equipo europeo realmente muy grande y muy reconocido. Al final, el balonmano es un deporte relativamente barato y fácil como para conseguir notoriedad. Las ayudas de los sponsor se notan muchísimo y con un poco más de ayuda privada el club hubiera llegado a cotas más altas. Creo que cuando se llegó a disputar partidos importantes en Champions fue un momento perfecto para que diferentes empresas aportasen capital privado. Evidentemente, no podemos reprochar nada ni al Gobierno ni al Ayuntamiento, nos están dando muchísimo. Pero con ese recurso privado, los resultados hubieran sido instantáneos.

-Mirando al presente, ¿cómo se plantea la oportunidad que tiene en Irún? Si llega a ser presidente, ¿cómo se imagina el futuro Bidasoa?

-Doy el paso porque soy consciente de que el balonmano está cambiando. La televisión en abierto abre un nuevo escenario, así como la modernización de los clubes. Creo que las fórmulas actuales ya no son tan válidas. Van a venir algunas entidades, tanto de ASOBAL como de categorías inferiores, que van a aprovechar este momento. En Irún tenemos una base muy importante: tradición y afición. Tenemos un arraigo muy importante y debemos trabajar a otros niveles para buscar aportaciones privadas

-Si finalmente no puede ser presidente, ¿se ha planteado ser entrenador?

-No es algo que me plantee ahora. Entre mis últimos partidos y la preparación de la candidatura tengo bastante. Ambas cosas van a pasar en dos semanas y entonces ya podré valorar mi situación personal y profesional. En principio, quiero terminar bien en Logroño y culminar la preparación para las elecciones presidenciales.

-¿Le gustaría ser vinculado a La Rioja?

-No es que me guste, es que voy a seguir estando aquí. Me considero un logroñés más, soy muy feliz en Logroño. Para mí no es un punto y aparte, sino un punto y seguido. Voy a mantener la casa que tengo aquí, estaré a caballo, yendo y viniendo. Seguiré disfrutando del equipo, porque estoy muy contento. Logroño es una ciudad espectacular, con una gente fantástica y estando tan cerca, no puedo despegarme tan fácil de aquí.

Subir