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Pablo Bobadilla, el triunfo de la constancia: “Rematé con el alma”

Pablo Bobadilla (Nájera, 1996) es un auténtico luchador que se ha ganado su presente. Lo ha conseguido a base de duro trabajo. Logró subir del juvenil de la UD Logroñés al filial, pero no lo tuvo ni mucho menos fácil en el Promesas. La falta de minutos le obligaron a salir cedido a Estella. No cuajó en Merkatondoa y después cayó lesionado. Pero siguió bregando. Peleó por su sueño: jugar en el equipo de su ciudad.

Comenzó esta campaña sin jugar minutos. El equipo colapsó frente al Sporting B y el Calahorra, por lo que Sergio buscó alternativas. Trató de mejorar la contundencia defensiva y apostó por Bobadilla frente al Real Unión. Convenció y desde entonces, nadie le ha podido quitar el puesto. 21 primaveras, pero un bastión imprescindible. Los blanquirrojos no han recibido un gol con él en el terreno de juego. Pero es que su labor no se limita a defender: es una amenaza por alto.

Y el otro día lo demostró. UD Logroñés – Tudelano, minuto 45. Última acción del primer acto. La cuelga Salvador desde la derecha. El cuero vuela hacia la cabeza de Marcos André. Al larguero. Rechazo para Bobadilla y adentro. Gol y sueño cumplido. Pablo corrió extasiado hasta su entrenador y se fundió con él en un abrazo sentido. Sabe que es de bien nacido ser agradecido. “Me salió de dentro, él me hizo debutar en Segunda B”, reconoce el zaguero.

“Rematé con el alma”, confiesa. Lo que sí es seguro es que hizo feliz  a las casi 3.000 personas que acudieron a Las Gaunas. “Nadie me ha regalado nada, pasar por malos momentos te sirve para valorar lo que tienes”. Además de marcar, Pablo evita goles en contra. Hace grandes partidos, pero sigue con la humildad del primer día. “Vamos al límite, no se puede esconder nadie. Esto hay que sacarlo y vendrán tiempos mejores”, avisa. El aplomo y determinación que arroja demuestran que el niño se ha hecho hombre.

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