‘Leslie’ aprieta pero no ahoga. La fuerza con la que el huracán ha llegado a La Rioja ha sido mucho más tenue de lo esperado, pero aun así ha obligado a guardar cestos y corquetes y dejar la vendimia para otro día en Rioja Alta.
Más que el viento, ha sido el agua la que ha echado el freno de mano este domingo en la mayoría de las parcelas más occidentales de la denominación. «En Briones está todo parado; no ha llovido al nivel de otras tormentas que hemos sufrido este año, pero sí lo suficiente como para que todos hayamos dado el día por cerrado antes de empezarlo», señalan a NueveCuatroUno desde la zona.
En un año ya de por sí complicado para los agricultores, los últimos coletazos de ‘Leslie’ apenas ha supuesto una tregua en el campo. «Mañana, a poco que haya un claro, seguro que la gente volverá a vendimiar porque hay mucho miedo a que el agua pudra la uva», apunta el mismo agricultor, quien teme que «será difícil entrar» a los cultivos como consecuencia del barro generado por las precipitaciones.
En la zona de Navarrete, en cambio, la de este domingo se ha presentado como una ‘simple’ jornada de vendimia pasada por agua. «Han caído cuatro gotas y no sopla una gota de aire», indica José María Daroca, quien se congratula de que «todo lo que estaba previsto haya quedado en nada», ya que el temor era generalizado en buena parte de la denominación.
En Rioja Alavesa el ‘parón’ se ha producido a media mañana, en torno a las doce del mediodía. Ha sido en ese momento en el que los viticultores han entendido que nada más podían hacer por hoy. Mañana será otro día. Seguramente, más complicado por el barro que generen las intensas lluvias de este mediodía. Mal menor, en cualquier caso.
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