Arantxa Soroa Royo es una logroñesa de 41 años que lleva media vida (literalmente) intentando convertir la televisión en un arte. Tras dar sus primeros pasos en el centro de producción de TVE en La Rioja, se mudó hace dos décadas a Sant Cugat del Vallés y ha participado como realizadora en “doscientos mil programas” de la cadena pública.
Los Lunnis, El Escarabajo Verde, Miradas 2, Operación Triunfo… Son algunos de los espacios por los que ha pasado hasta recalar en uno de los programas ‘fetiche’ de nuestra televisión, ‘Cachitos de hierro y cromo‘, donde el pasado mes de mayo ‘le tocó’ coger la batuta y asumir la dirección, tras realizar las primeras cinco temporadas del programa.
-¿Cómo es la trastienda del programa? Navegar en el archivo de RTVE debe ser como perderse en la Biblioteca Nacional.
-Parece un programa muy sencillo, pero no lo es en absoluto. Hay que hacer un puzzle muy complicado, desarrollando una labor de documentación a la que conocemos como ‘arqueología’. Piensa que tardamos una media de tres meses en preparar cada uno de los programas que emitimos.
-Aunque siempre se ha dicho que los índices de audiencia en una cadena pública son secundarios, contáis con una buena legión de fieles. ¿Cuál es el secreto?
-Evidentemente hay un punto nostálgico muy importante, pero a la vez hay una visión sociológica en la que intentamos aportar una visión actual sobre el pasado. Es un compendio de nostalgia, humor, información y sociología.
-¿Hay algún programa de los ya emitidos en el que creáis que ‘tocasteis techo’?
-Es muy difícil, porque los programas son como los hijos, pero con ‘Ritmo de la noche’ (basado en la música Dance) sentimos que supuso un punto de inflexión. En la web del programa es el vídeo más visto y lo disfruté mucho. Además de ese, hicimos uno muy bonito dedicado a las músicas de la televisión; disfruté mucho investigando sobre la ‘meta televisión’ y las sintonías que nos han acompañado siempre.
-Tengo entendido que la representación riojana del equipo no se reduce solo a la dirección.
-¡Sí! Tenemos a ‘Mou’ (José Antonio Mourenza, redactor), que llegó el año pasado y no sé qué haría sin él, porque es súper currante y se ha adaptado perfectamente a la dinámica del programa.
-¿Qué te parece eso que se pregona de “ya no se hace tele como la de antes”?
-Nuestro programa es muy evocador, pero yo tengo claro que cualquier tiempo pasado no fue mejor. Los recuerdos siempre nos llevan a una reinterpretación del pasado y todo ha cambiado muchísimo a raíz de los avances tecnológicos y la proliferación de nuevos medios de difusión. Antes había menos medios pero existía una televisión muy imaginativa y con una gran libertad para hacer nuevas cosas. Ahora la corrección política es la nueva censura e intentamos huir de eso todo cuanto sea posible.
-Lo que sí es una realidad es que la música ha ido perdiendo presencia en los programas.
-Es cierto que antes en cualquier tipo de programa había alguna actuación en directo, pero antes los artistas necesitaban la televisión para promocionarse y ahora cuentan con otros muchos canales para hacerlo. También hay que decir que, ahora que se está haciendo un programa de música en directo, es muy difícil conseguir que los artistas vengan a la televisión. No tanto por los propios artistas sino las discográficas por cuestiones de derechos, que son una auténtica pesadilla. Además, está casi mal visto hacer playback y preparar una actuación en directo supone mucho sacrificio y a algunos (no muchos) artistas les da pereza.
-¿Puede ser ‘La Hora Musa‘ una especie de reserva de la biosfera ante el peligro de extinción de la música en directo?
-Ojalá que así sea, porque no quedan programas que aborden la música desde una óptica ‘seria’. Han proliferado los ‘talent shows’, que son concursos musicales a los que no van los artistas a interpretar su música y reflexionar sobre ella. El equipo que se encarga del programa está mesa con mesa con nosotros y me consta que les ha costado mucho esfuerzo poder sacarlo adelante.
