La Rioja

El premio otoñal del monte, las setas, más regulado que nunca en La Rioja

Al igual que el verano huele a playa, el otoño huele a monte, a hojas caídas, a humedad, y, por supuesto, ¡a setas! Al menos, así se presenta en La Rioja. Por ello, conviene hacer un repaso de cómo se encuentra todo lo relacionado con los preciados hongos. Porque lo que antaño era una actividad lúdica, esporádica, en los últimos tiempos se ha vuelto más que popular.

Por dicha razón, hace ya tres años, el Gobierno riojano reguló tal práctica con un decreto en el que se marcaban las pautas para la recogida de setas silvestres. Esto se tradujo, principalmente, en una regulación del aprovechamiento de las setas en determinadas zonas de monte libre, donde más florecen los hongos y más se acude a por ellos. Al año siguiente, en 2016, municipios de la sierra riojana como Villoslada, Ortigosa, Torrecilla o Nestares, entre otros, también comenzaron a gestionarlo desde los ayuntamientos.

Con el paso de las temporadas, y ante el incremento de la explotación de las setas, esa nómina de localidades con ordenanzas municipales reguladoras ha ido incrementándose, las últimas en unirse han sido las de la zona de Moncalvillo. Así, en abril lo hacía Sotés, en mayo la otra vertiente de Santa Coloma y Castroviejo, donde indican que “la temporada de aprovechamiento regulada se inicia el primer día del otoño y finaliza el último día de otoño. El resto del año es libre y se rige por la normativa regional”.

En junio llegaba la aprobación del reglamento regulador del aprovechamiento micológico en la Mancomunidad de Moncalvillo en la que se integran los términos municipales de Viguera, Nalda y Sorzano. Ventosa daba el paso de regularlo el pasado mes de julio y la de Sojuela se publicaba en el BOR el pasado día de San Mateo, justo siete días antes de que lo hiciera Daroca de Rioja.

Por tanto, si algo ha cambiado esta campaña de setas, que está en sus inicios, es el control en toda la zona de Moncalvillo, que años pasados vio como se convertía en un lugar con más tránsito que algunos centros comerciales.

Máximo tres kilos en las zonas libres

Esto en lo referido a terrenos acotados, que en un año han pasado de 11 a 18 (ver mapa), pero también está controlado y regulado lo que concierne a las zonas ‘libres’. En estos casos impera la normativa regional en la que hay varios aspectos prohibidos, entre los que destacan:

  • Recolectar más de tres kg de setas por personas y día, excepto en los terrenos acotados.
  • Recoger setas o trufas de noche, de acuerdo al horario de orto y ocaso del Observatorio Astronómico Nacional.
  • Recoger setas o trufas los lunes y martes, excepto si son festivos a nivel nacional o regional.
  • Recoger las setas sin cortarlas por el pie con la navaja, arrancándolas desde la base llevándose el micelio, excepto en aquellas especies que se requiera para su identificación.
  • Portar y/o usar herramientas para dañar el terreno (hoces, rastrillos, azadas, etc)
    Cortar o arrancar vegetación.
  • Recoger trufas en zonas no acotadas, excepto por personas autorizadas convenientemente.
  • Recoger setas o trufas durante la ejecución de una batida de caza.
  • Las setas deben trasladarse por el monte en recipientes que permitan la dispersión de las esporas, tales como cestas de mimbre, paja, caña, etc.

De nuevo, el control de los agentes forestales tratará de evitar desfalcos en los montes riojanos y habrá sanciones en caso de sobrepasar los requisitos marcados, como ya ocurrió en años pasados. (PDF informativo)

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