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Color riojano en el Arcoíris de Valverde

Esteban Peña bien se hubiera podido jugar parte de su sueldo a favor de la victoria de Alejandro Valverde en el Mundial de Innsbruck. Fue uno de los últimos en verle el rostro al ciclista murciano antes del muro infernal donde Valverde se aseguró el bronce y se convenció de que podía ser por fin oro. “Arriba me sentí muy fuerte. Con muy buenas piernas. Era mi momento”, reconocía tras la prueba en la Cadena SER el nuevo campeón del Mundo.

Y Esteban Peña, justo antes del momento decisivo, cuando la carrera se rompió y las medallas prácticamente quedaron repartidas, tenía claro que se iba a por la victoria: “Le vi muy bien. Con muy buena cara. Es muy fácil decirlo ahora cuando todo ha pasado, pero la verdad es que le vi sobrado”.

Observó al corredor murciano desde muy cerca. Aunque no tan de cerca como a buen seguro le hubiera gustado. “Le tenía que dar el bidón antes de la última subida”. Éste era su encargo vuelta tras vuelta. Anteriormente, “desde muy temprano”, había estado preparando las bicicletas de los seleccionados españoles. Todo en orden. Ni un problema mecánico. Otro asunto fue el maldito bidón.

“El grupo se abrió justo en ese momento y no le pude entregar el bidón”, apunta este riojano, que jugó en el Berceo, y siendo un apasionado de la mecánica se animó a dedicarse profesionalmente a la puesta a punto de bicicletas. Una gran decisión, porque siempre podrá decir que una parte de este arcoíris histórico de Alejandro Valverde tiene un precioso toque riojano.

Este lunes estaba de regreso tras una noche muy emocionante, “sin grandes celebraciones más allá de un par de cervezas”, porque “el día fue muy largo y duro y hoy tocaba volver a España en coche desde Austria”. Regresa tras una semana de lo más intensa. “En total hemos sido ocho los mecánicos que hemos estado asistiendo en todo momento a los 32 ciclistas españoles que han competido en cada una de las categorías y pruebas de las que constan los Mundiales de ciclismo”.

A él le tocó en suerte seguir desde el coche la carrera en categoría sub’23 y vivió desde el box la histórica carrera de Valverde. “Nuestro papel era dar bidones en cada pasada, comida, y tener preparadas bicicletas y ruedas por si alguno de los nuestros tenía cualquier problema”.

Esteban Peña regresa a casa siendo parte activa de un éxito extraordinario del deporte español, rematado por un Valverde al que Peña vio “tranquilo” desde un primer momento. “Esto ha sido un trabajo en equipo, de grandes corredores que han creído desde un primer momento que se podía hacer historia con Valverde”, apunta.

Regresa a casa repleto de emoción, de satisfacción, de imágenes para toda la vida. Porque Esteban Peña, cuando recuerden aquel Arcoíris histórico de Valverde, podrá presumir de eso tan fantástico del ‘yo estuve allí’.

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