Deportes

Infrafútbol en la radio

Aquel gesto de mi amigo tenía una buena narración. Fue una pena que nadie me diera paso. “Sergio, ¿minuto y resultado?”. Habría quedado algo así: “Final de partido. Y este tipo se ha salido”. El tipo es mi susodicho amigo. La narración hubiera seguido algo así, aunque me hubiera dejado llevar por la improvisación: “En gesto de revanchismo patrio, mi colega se ha girado en medio de la grada, y bota en mano ha lanzado dos chorros generosos de vino (o lo era a la mañana) a dos suecos muy suecos que se vuelven a casa eliminados y preguntándose cómo se saca esa mancha de sus camisetas amarillas. Qué dos chorros, que dos suecos, que dos sonrisas borradas a golpe de vino”.

Todo esto, bajo la sintonía del Carrusel, con los pitos de gol, y hasta con un buen patrocinio. Una pena que nadie me diera paso en aquel Suecia-España de Innsbruck en la Eurocopa de 2008. Aunque lo cierto es que mi narración se hubiera parecido más a esto: “Grghsofjoogo…”.

Es la voz la fotocopiadora de los recuerdos. Aquel chiste, esa discusión, aquellas palabras de apoyo, ese comentario tan ingenioso, aquella chica tan interesante… La voz marca emociones y nos traslada por la línea temporal de la memoria. “Eres tartamudo”, me animó un buen amigo ante mi primera práctica de radio. Y creo que tiene razón. Por eso cada día entiendo más eso de ‘la magia de la radio’. Un milagro tras cada partido para conservar la esencia de las ondas y su íntima relación con el fútbol, con el infrafútbol, mejor dicho.

Subido a un andamio en La Planilla, con los focos ocultando a las figuras en sombras alargadas ante sus ojos… Dani Ortiz se puso tieso de tensión y desde su garganta se marcó una prórroga y diez penaltis. Y desde hoy ya luce en su solapa con orgullo que una vez tuvo la suerte de narrar en directo un Calahorra-Gimnástica de Torrelavega. Y no se me ocurre, la verdad, mayor hito periodístico. Hacer que un Calahorra-Gimnástica emocione solo es posible gracias a la magia de la radio. Y sucede cada fin de semana: en un UD Logroñés-Astorga, un Burgos-Caudal, o un Ejea-Badalona.

Esta misma mañana, un compañero de Radio Rioja me daba una de esas pequeñas lecciones que todo recién llegado como yo está dispuesto a incorporar como propia. Parece ser que le gusta la cocina. Y allí se relaja. No se me ocurre mejor sitio para hacerlo. Bar, 1 – Cocina, 1. “La radio estuvo todo el rato encendida, y vuestro Carrusel de fondo. Un Celta-Villarreal no me lo escucho”. Y sin embargo la noche del miércoles se descubrió a sí mismo siguiendo un Langreo-Logroñés y un Calahorra-Gimnástica. Olé él. “Porque es un contenido perfecto. La inmediatez, el sonido, la pasión, el ritmo”. Para la buena radio no hay infrafútbol que valga.

Así sonó en Radio Rioja (Cadena SER) y NueveCuatroUno

Subir