La esquina de la Avenida de Portugal y Avenida de La Rioja es uno de esos entornos privilegiados para el comercio. Esa esquina del Espolón ejerce de imán para la vida social logroñesa y, quien más y quien menos, pasa por allí una o varias veces al día.
Hace no demasiado tiempo, una sucursal bancario ofrecía toda suerte de productos a cualquiera que domiciliaria la nómina o adquiriera alguno de sus servicios financieros. En la actualidad… bueno, en la actualidad todo es diferente. Esa esquina viene a ser una especie de ‘Milanuncios’ analógico.
Casi se puede asegurar que no existe un servicio que no se ofrezca en los muros y escaparates del local, que todavía busca inquilino. Leña seca, cursos de yoga y ‘mindfulness’.. hasta gusanos de seda se ofertan en los mil y un carteles que pueblan sus paredes.
El propietario del local ni siquiera se ha molestado en colocar el clásico ‘Prohibido fijar carteles. Responsable empresa anunciadora’. Y lo cierto es que lo entendemos. No debe salir barato enviarle un requerimiento a cada una de las empresas que se ofertan en una de las esquinas de la ‘milla de oro’ logroñesa.
