Deportes

El EDF Logroño hace historia con su ascenso a la Liga Iberdrola

El EDF logra un hito sin precedentes con su ascenso a la Primera División del fútbol femenino

El EDF Logroño ha logrado este domingo lo que ningún club de fútbol riojano había conseguido en lo que llevamos de siglo: competir en la máxima categoría nacional. Las logroñesas han materializado en Pozuelo de Alarcón el ‘más difícil todavía’. Se han impuesto a domicilio al Tacón (1-2), el equipo llamado a representar al todopoderoso Real Madrid en la Liga Iberdrola, la Primera División del fútbol femenino.

El cuadro riojano ha hecho gala en el Valle de las Cañas del tesón, la calidad y la garra que le llevaron a avanzar rondas en la fase de ascenso a la élite. Mordiendo en los metros finales del campo y defendiendo con uñas y dientes su área. El aguijonazo del EDF llegó al cuarto de hora, desde las botas de Irene.

Ocurrió a la salida del córner y la delantera tiró de olfato para adivinar dónde quedaría muerto el balón para descoserlo contra la red (0-1, m.14). Éxtasis entre las doscientas camisetas naranjas fluorescente que acompañaron al EDF en Pozuelo. Pero las logroñesas querían más. Y lo lograron a diez minutos del descanso.

María González, a la que el apodo de ‘Ibra’ le viene que ni pintado, recibió un balón sin dueño en la frontal del área y lo cargó de calidad técnica. Lo conectó con el interior de su bota derecha y lo teledirigió a la escuadra del arco madrileño, allí donde viven las arañas (0-2, m.35). En esta ocasión la alegría duró un suspiro, porque en la acción inmediatamente posterior recortó distancias el Tacón por mediación de Malena, que convertía en gol un buen centro lateral de Meri para animar la final (1-2, m.36).

Nada es más sagrado en un equipo que su vestuario. Ahí solo entran las protagonistas y solo ellas saben qué pasaba por sus cabezas durante el descanso. Cuarenta y cinco minutos para la gloria y un rosario de nervios, tensiones, jugadas en la cabeza y gritos de ánimo. Porque tocaba resistir. Evitar un nuevo gol del Tacón que -pese a que aún brindaría el ascenso a las chicas de Héctor Blanco por el valor doble de los goles a domicilio en caso de empate- provocaría un tremendo temblor de piernas.

Lección de oficio

Las uñas se iban consumiendo en la grada, donde los minutos volaban para las madrileñas pero no avanzaban para las visitantes. No obstante, nada de eso parecía contagiar a las chicas del EDF, que ofrecieron una lección de oficio para mantener el segundo tiempo bajo control. Lo intentaba con todo el Tacón, pero las logroñesas habían empalizado sus dominios.

La ocasión lo merecía. Por primera vez en este siglo el tren de la élite del fútbol nacional iba a hacer escala en Logroño. Y lo lograron. Las chicas de Héctor Blanco ya son, con todo merecimiento, ‘Las chicas de oro’.

Subir