El Náxara ha dado un primer paso para su segunda participación consecutiva en una ronda final del playoff de ascenso a Segunda División B. Lo ha hecho sufriendo. En el último minuto. A base de casta, para remontar el tanto inicial de Aimar Gulin para la Unión Popular de Langreo a los 20 minutos de contienda. Pese al golpe, los najerinos no han perdido la fe y han sabido remontar con goles de Emilio -desde los once metros- y Orodea en los estertores del duelo.
El cielo amenazante de tormenta, el campo pesado por la tromba caída sobre La Rioja en las últimas horas. No estaba el encuentro para ‘dandies’ del balón. Soltabas en La Salera a Ronaldinho y le borrabas su eterna sonrisa del rostro. El de este sábado era un partido para mentones de acero con barbas capaces de romper una cuchilla. De dientes apretados. De barro hasta las cejas.
El Náxara encontró a un rival antagónico al que siete días antes había pisado ese mismo césped. No tenía complejos el Langreo en dejarle la pelota a los riojanos. Jugó en veinte metros. Que la pelota sube, todos para arriba. Y la misma sincronización para regresar a campo propio.
Ante ese frontón intentaron los locales sorprender sin éxito a la espalda de los centrales. Balones largos que, cuando no los cazaba Adrián Torre, los enviaban Pelayo y Cristian de vuelta a Asturias. Trataban los hombres de Diego Martínez de pagarle con la misma moneda en los momentos en los que el cuero era visitante. Presión asfixiante arriba. Sin oxígeno para los hombres de creación.
Demasiados argumentos defensivos como para que en ataque se pudiera ver algo. Emilio era un central más en las filas locales. Bajaba desesperado para recordar ese agradable tacto del cuero sintético. Pero las musas y el agua no se llevan bien. Al menos, así lo demostraron este sábado.
A los veinte minutos llegó el primer disparo a puerta del Langreo. Maldita ocasión. Porque su protagonista era un viejo conocido de la Tercera riojana. Aimar Gulin recibió en la frontal del área, quebró con la cintura a Eloy y armó el disparo con su pierna izquierda. Sabe lo que se hace el ‘ex’ del Haro. El mismo que estuvo a punto de ascender en P0ntevedra con los blanquinegros. Con escuadra y cartabón le ordenó a la pelota que besara la red, pegadita al palo. Dejando la estirada de Raúl Heras en una fabulosa fotografía para los asturianos y en mil maldiciones entre los pinos de La Salera (0-1, m.20).
Levantarse y seguir
El gol dejó tocados a los najerinos. Les costó lo suyo recomponerse. Porque cada vez que miraban a la portería contraria se topaban con una muralla humana que, además, ahora jugaba con el tiempo a favor.
Fue entonces cuando a cinco minutos del final del primer tiempo Javi Martínez voló por la banda izquierda en pugna con Omar. El visitante logró taponarle el disparo, pero no encontró mejor opción que derribar al ‘7’ blanquiazul para evitar que del rechace creara un empate. Once metros. Pena máxima.
Emilio se echó La Salera a sus espaldas. No sintió eso que los cursis llaman miedo escénico. Puso el corazón en su bota derecha y el balón en la escuadra izquierda de la portería (1-1, m.40). El empate revolucionó el encuentro y ni siquiera el paso por vestuarios templó los ánimos.
En el segundo tiempo salió el sol, pero el astro no inspiró a uno ni a otros. Apenas un puñado de ocasiones por parte de ambos conjuntos. Casi todas del bando local. Porque si el 0-0 le valía a los asturianos, el 1-1 lo firmaban con sangre ante notario. A la hora de partido llegó casi todo el peligro de los riojanos. Tamayo y Achi las firmaron, pero en todas salió victoriosa el portero visitante.
Éxtasis final
Y cuando todo parecía abocado a un triste empate, Orodea se encargó de animar el fin de fiesta. Rojo se negó a dar por perdido un balón que ya estaba muerto. Lo conquistó en la banda izquierda a base de fe y coraje y lo colocó en el corazón del área. Allí apareció la cabeza de Orodea. Un regalo demasiado bien envuelto como para devolverlo. Conectó con la sien el ariete y La Salera explotó al ver el balón besando la red.
En Ganzábal los najerinos parten con una ligera ventaja que nadie da por definitiva. Tocará trabajárselo. Sin problemas. Este Náxara tiene el oficio tatuado en la frente. Sabe que sufriendo se disfruta más. Es hora de disfrutar.
FICHA DEL PARTIDO
CD Náxara: Raúl Heras; Madero, Eloy, Albert, Pablo; Emilio, Miguel; Javi Martínez (Muri, m.90), Achi (Orodea, n.72), Tamayo (Rojo, m.84) y Lozano.
UP Langreo: Adrián Torre; Acebal, Cristian, Pelayo, Dani López; Héctor Nespral, Aimar (Damián, m.67), Nacho Calvillo; Cris Montes (Urtzi, m.75), Omar y Javi Sánchez (Polo, m.87).
Goles: 0-1, m.20: Aimar; 1-1, m.40: Emilio, de penalti; 2-1, m.89: Orodea.
Árbitro: Óscar Pardo Saavedra (Comité Vasco). Amonestó a los locales Javi Martínez (38), Achi (65).
Incidencias: Algo más de 2.500 aficionados en La Salera. Durante el encuentro se produjeron distintos disturbios puntuales entre las aficiones de ambos conjuntos, obligando a las fuerzas del orden a identificar a varios de ellos.
