La Rioja

‘Rioja Oriental’: “Carcajadas, confusión y estupefacción” en EE.UU.

Nada o casi nada se ha escuchado de forma pública, pero las voces que criticaban desde el pasado verano el cambio de nombre de Rioja Baja a Rioja Oriental se han hecho cada vez más fuertes con el paso de las semanas. Aún más desde que en febrero la Comisión Europea registrara oficialmente los cambios del Pliego de Condiciones de la Denominación. Esta semana las críticas han llegado a la portada de la revista decana de la gastronomía, Club de Gourmets.

La revista especializada pone el dedo en la llaga al lanzar una crítica contundente contra esa decisión: “Rioja Oriental No. Término con connotaciones negativas en EE.UU.” De esta forma tan expresiva Gourmets da paso a un artículo de opinión firmado por Helio San Miguel y titulado “Rioja Oriental: Nombre a evitar” en el que el corresponsal de la revista en Nueva York (y director de los programas de cata del Instituto Cervantes de La Gran Manzana) lanza una serie de argumentos para alertar del riesgo de la utilización del término ‘oriental’.

“…Con el paso de los años [el término ‘oriental’] ha tomado un cariz marcadamente peyorativo hasta convertirse hoy en un término ofensivo en Estados Unidos“. “El propio presidente Obama tomó la decisión de prohibir su uso en los textos legales del gobierno federal”. Dice Helio San Miguel en su artículo de opinión que “el término Rioja Oriental es recibido con una mezcla de carcajadas, confusión y estupefacción. Algunos hasta hacen chistes […] y hubo quien pensó que le estaba gastando una broma”.

El autor del artículo reflexiona sobre la imagen exterior de la zona: “Ayudemos a la Rioja Baja a introducirse en los mercados exteriores con buen pie, y no le demos un nuevo nombre que le meterá directamente en esas famosas listas de errores de marketing junto con el Mitsubishi Pajero y otros ejemplos que tantos nos han hecho reír”. “Paremos este dislate antes de que sea demasiado tarde”, finaliza.

Se reabre así el debate sobre la idoneidad del nombre elegido para rebautizar Rioja Baja. Existe inquietud, en el Consejo y en la industria, por el alcance de lo decidido, que también tiene sus panegiristas. El asunto se pondrá encima de la mesa en una próxima reunión del Consejo la semana que viene. Quizá parecía una cosa menor a la que no se prestó la atención necesaria y se aprobó por la vía de hechos consumados en un entorno en el que lo importante era que finalizaran las pretensiones independentistas de ABRA.

A pesar de esas voces críticas o de la inquietud que se generó desde el verano, ninguna de las asociaciones o entidades que forman el Consejo Regulador se mostró -ni votó- en contra de la nueva denominación elegida para Rioja Baja en ningún momento del proceso. Ahora, los mismos actores que aprobaron sin oposición ese cambio, deberán manejar también que una posible marcha atrás o una corrección, llegado el caso, tendría que pasar inevitablemente por un nuevo cambio en la regulación o asumir los riesgos de llegar con un nombre inadecuado al mercado estadounidense.

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