La Rioja

“Siempre se pueden paliar las secuelas de un ictus, incluso diez años después de sufrirlo”

Cada año se diagnostican en La Rioja en torno a 900 nuevos casos de daño cerebral adquirido (DCA). Hace no demasiado tiempo, los traumatismos craneoencefálicos provocados por accidentes de tráfico eran su principal causa, pero los tiempos han cambiado. La instauración del carné por puntos y el tipo de vida que llevamos ha derivado en que ahora el ictus encabece ese listado. Tanto, que se produce un ictus cada cuatro minutos.

La neuropsicóloga Andrea Lazcanoiturburu lidera al equipo multidisciplinar que Clínica Alxen pondrá en marcha este mes de marzo, especializado en daño cerebral adquirido y compuesto por neuropsicóloga, logopeda, terapeuta ocupacional, fisioterapeuta y neurólogo. Y asegura que “además de que ahora se dan más casos de ictus que hace unos años, antes era más característico de pacientes en edad avanzada y ahora se dan casos en pacientes más jóvenes, de incluso 30 años”.

Lazcanoiturburu detalla que hay dos tipos de ictus: “El isquémico, que significa que la arteria se ha visto bloqueada, no deja pasar la sangre y las neuronas de esa zona mueren al no recibir el aporte energético que necesitan; y el ictus hemorrágico, que significa que la arteria se rompe y la sangre se esparce matando las neuronas que entran en contacto directo con ella”. En ambos casos, la muerte de neuronas genera secuelas que pueden corregirse gracias a la rehabilitación.

FOTO: Federación Española de Daño Cerebral

“Siempre es un factor de buen pronóstico una rehabilitación precoz, intensiva y multidisciplinar”, indica, incidiendo en que “siempre, en cualquier caso, se puede mejorar algún aspecto de la vida del paciente y de su familia mediante la rehabilitación, incluso diez años después de haber sufrido el ictus, reeducando y compensando las secuelas del daño cerebral para reducir la discapacidad”.

No obstante, siempre es mejor prevenir que curar, y en ese sentido la neuropsicóloga recomienda desarrollar patrones de vida saludable, basada en “ejercicio moderado, no fumar y llevar una alimentación equilibrada”. “Las personas que sufren patologías cardiovascular tienen que llevar más control”, especifica Andrea Lazcanoiturburu.

Cómo detectar un ictus

Dado que la rapidez en la intervención garantiza minimizar las secuelas que puede dejar un ictus, la neuropsicóloga aporta tres claves para percibir a la mayor brevedad posible que otra persona está sufriendo un episodio de este tipo:

  • Es frecuente que la persona que padece un ictus presente problemas para hablar con fluidez y balbucee o no comprenda lo que le decimos.
  • La movilidad se reduce en la mitad del cuerpo. Pídele que levante ambos brazos y sonría para detectar asimetrías y así asegurarte de que no está impedido.
  • El ictus puede implicar dolores intensos de cabeza, acompañados en ocasiones mareos o visión borrosa.

Si la persona presenta estos síntomas al unísono o por separado, no dude en llamar al 112 y comunicar su caso. De ello puede depender que las secuelas sean menores y la recuperación sea más rápida.

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