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Ángel Fernández: “Ahora mismo no hay ningún recuerdo que pueda superar este Europeo”

Un café solo y un cortado. Un cuaderno, una grabadora y dos personas hablando de balonmano. Una tarde como otra cualquiera, pero con la diferencia de que quien pega sorbos a uno de los cafés es alguien cuyo nombre quedará grabado con letras de oro en el mundo del balonmano. Así ha transcurrido esta conversación con Ángel Fernández, jugador del BM Logroño y proclamado el pasado domingo campeón de Europa.

¿Qué tal sienta levantarse por la mañana y decir: Soy campeón de Europa?

No es al levantarme sino cuando llego a casa o dejo la medalla encima de la mesa. Paso, la veo y pienso: “Esto es bestial”.

Creo que todavía no somos conscientes, ya que llevamos dos días de celebración bastante intensa. Primero los actos, luego cuando llego a Logroño tengo entrevistas, ir a entrenar con los compañeros, deshacer las maletas, poner lavadoras… Yo creo que hasta que no pase este fin de semana y llegue un poco la rutina, no voy a ser consciente todo esto.

¿Pesa la medalla?

Para mí, aparte de que es preciosa, pesa mucho. Cuando te la ponen al cuello es un momento de… (se queda sin palabras).

Son momentos que no deberíamos perdernos ninguno y más si eres aficionado al balonmano. Con esto espero que, igual si había gente que no se sentía identificada con este deporte, a través de esto logremos que la masa de aficionados al balonmano aumente.

Una pena la lesión a la primera de cambio.

Es un momento muy duro. En el momento en el que me lo hago no soy tan consciente del daño que me he hecho y del estado de la rodilla. Pero sí que es cierto que cuando va pasando el tiempo y se me va enfriando la zona, sí que veo que el Europeo se ha acabado para mí porque cualquier tontería de la rodilla es un mes mínimo y tampoco se puede forzar como un tobillo.

Es un momento difícil porque desde el mundial pasado llevo yendo a todas las concentraciones de la selección, jugando todos los partidos clasificatorios y jugando siempre con el BM Logroño. Pero después de hablar con la gente y recibir sus mensajes de apoyo, te hacen sentir bastante mejor. Además, tuve la suerte de que se me lesionara la rodilla y solo sean tres o cuatro semanas de reposo y recuperación.

¿Lo supo nada más recibir el golpe o fue el médico el que se lo dijo?

El médico me miente al principio para que yo esté más tranquilo. Pero en el momento en el que salgo a calentar en la segunda parte, veo que la rodilla no está estable. Cojo a Valero, mi compañero de puesto, y le digo: “Calienta bien porque seguro que tengo algo y no voy a poder jugar”. Ahí veo que no puedo seguir.

¿Sabía que iba a volver a Croacia?

En el momento que dejo la concentración, lo hago porque la rehabilitación la iba a poder llevar mejor en España y así conocer mejor el alcance de la lesión. Pero sí que llego al compromiso con el entrenador y el presidente de la Federación Española de Balonmano de que, si llegábamos a la fase final, yo iba a volver con el equipo y así estar con ellos porque me lo había ganado por derecho propio. Es un detalle por parte de la Federación y del equipo por dejarme ir. Simplemente agradecerles ese gesto que han tenido conmigo.

¿Cómo se vive desde la grada?

Gonzalo (Pérez de Vargas) y yo estábamos atacados. Es una de las peores sensaciones como jugador: ver a tu equipo y no poder ayudarles. Estás mucho más nervioso que en el campo, pero la verdad es que el desenlace no ha podido ser mejor y estamos encantados porque éramos parte activa en la grada. Dábamos indicaciones y no paramos (risas).

¿Qué es peor, verlo desde el televisor o desde la grada?

Yo creo que es peor allí en vivo porque lo vives más. Estás dentro del ambiente, de la propia selección, en el vestuario con ellos… desde el televisor, a 3.000 kilómetros, la verdad es que solo te queda verlo y no puedes hacer más.

¿Cuál fue el partido más complicado desde su punto de vista?

Creo que el más complicado fue el de Alemania. Iban empatados a 7 u 8 en la segunda parte y se veía a una Alemania que estaba dentro del partido. Hasta que, inexplicablemente, su seleccionador pone a siete jugadores en el campo y logramos hacer un parcial de 4-0. Ahí ya nos vamos definitivamente.

Aunque si se tiene el cuenta el nivel del rival, el más difícil fue el de Francia. Es cierto que hicimos un partidazo. Sale todo casi perfecto e ir ganando de nueve en unas semifinales es increíble. Hay que ser consciente de que no es tan fácil ganar a Francia.

Antes ha comentado que estuvo con Gonzalo Pérez de Vargas en la grada. Este campeonato ha tenido que ser especial y extraño a la vez para los dos

Gonzalo, la verdad que ya desde hace un par de años, es de las personas más importantes que tengo a nivel de balonmano y es uno de mis mejores amigos. La casualidad quiso que nos lesionáramos de lo mismo, pero para mí ha sido un placer vivir este triunfo junto a él, aunque haya sido desde la grada.

La lesión de Gonzalo Pérez de Vargas llevó a la llegada de Arpad Sterbik. Y este lo sustituyó con creces.

Los que estamos dentro del equipo y ya hemos jugado con él no nos sorprende. Sabemos como es perfectamente y ves que entrenando para un 50%. No hay más que ver su actuación contra Francia: sale a 5 penaltis y para 3. Contra Suecia en la segunda parte detiene más de un 50%. En resumen, ha llegado dos días, ha marcado las diferencias y se ha ido.

Es el portero más inteligente del mundo del balonmano. Además, tiene una técnica perfecta. Por ejemplo, en la Final Four, llegó allí como quien no quiere la cosa y campeón de la Champions. El factor Arpad es muy psicológico para los contrarios. Gonzalo y Rodrigo son dos porterazos, pero Arpad, al mejor jugador del mundo, le impone.

Una vez con la medalla en el cuello, reluciente y siendo consciente de lo que se ha hecho, ¿Cómo fue la celebración?

No paramos ni un momento. En el vestuario lo celebramos muchísimo, luego fuimos a cenar y después a una celebración que hizo el propio torneo como clausura con las cuatro ultimas selecciones que llegaron a la fase final. Estuvimos allí hasta las 8 y media de la mañana y a las 10 nos levantamos para volar a España. Llegamos aquí a las 8 de la tarde y nos encontramos con 400-500 personas. Fue espectacular el recibimiento. Allí estuvimos firmando a todos los niños y haciendo fotos durante hora y media.

Cuando acabamos nos fuimos a cenar, a otra celebración en Madrid, los actos en el CSD con el Ministro de Deporte, seguido a una cena con los patrocinadores de la selección y visitamos las redacciones de Marca y AS. Y para terminar el ajetreo, volé hacia casa y dormí en Santander y me volví a Logroño. Una locura.

¿El Europeo es lo mejor que le ha pasado en el balonmano?

Ahora mismo no hay ningún recuerdo que pueda superar este Europeo. Es cierto que tengo guardados muchos momentos felices como cuando con mi grupo actual de amigos nos proclamamos campeones de la liga de Cantabria, el debut de la selección, tanto mi primer partido como mi primer gran torneo, cuando ganamos al PSG, al Montpelier con el BM Logroño… Pero si ahora tengo que destacar un recuerdo, es el del domingo pasado.

En cuanto al BM Logroño, ¿cómo ves la temporada?

Todavía queda la segunda vuelta. Somos conscientes de que la primera parte en la primera vuelta fue muy mala, pero la segunda fue muy buena. Y gracias a eso estamos a cuatro puntos del segundo. Es una distancia que la podemos salvar y que haciendo una buena segunda vuelta podemos estar en los puestos de arriba tranquilamente. Pero claro, esto hay que cimentarlo con victorias y trabajo.

¿Qué opina sobre Jota y su marcha?

Estoy supercontento por Jota. Es muy merecido. Llevaba muchas temporadas en la élite del balonmano siendo uno de los mejores entrenadores españoles y me alegro mucho por él. Además, creo que Miguel (Miguel Ángel Velasco) es su sustituto perfecto. Lleva a su estela, tanto como jugador como entrenador igual 15 años, por lo que si hay un recambio ideal para Jota, es él. Se lo merece.

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