La Rioja

“La fiebre es la patología estrella en los niños”

Un pediatra no entiende su día a día sin la fiebre como elemento principal de sus pequeños pacientes presentes en su consulta. “Es la patología estrella en los niños”, reconoce Ignacio García, médico en Clínica Alxen, quien apunta que se manifiesta, sobre todo, por debajo de los cinco años y, más específicamente, en los que tienen menos de tres.

La que más preocupa a los padres es la que aparece en el lactante (el paciente pediátrico que tiene menos de doce meses), ya que no puede comunicarse con sus progenitores para decirles qué le duele y les asaltan las dudas, sobre todo si son primerizos.

“Las primeras fiebres se deben a una reacción postvacunal o a procesos virales, sobre todo estacionales y centrados en otoño e invierno. Hay un pico muy evidente en diciembre y enero cuando coinciden los virus respiratorios, fundamentalmente el ‘influenza’ y el virus respiratorio sincicial (vrs), que tienen coinfecciones y producen en los niños pequeños cuadros febriles, asociados o no a procesos respiratorios”, relata Ignacio García.

Para un buen funcionamiento del paciente pediátrico, explica, es “fundamental” la comunicación del especialista con los padres: “Mi consulta se basa en escuchar. Hay que ver a la gente sentada en la consulta, hablar… y luego examinar”. A partir de ahí, prosigue, se realiza una historia clínica del joven que facilitará los diagnósticos tanto presentes como futuros.

“La mayoría de las veces, en la edad infantil, no son necesarias las pruebas complementarias como los análisis de sangre, los cultivos, las radiografías o las ecografías porque escuchando a los padres y con un buen examen físico se llega la mayoría de las veces a un diágnostico. No siempre, pero sí en la mayoría. Eso es lo ideal”, añade.

La mayor de consultas en Pediatría, apunta Ignacio García, tratan de puericultura: revisiones generales del niño que están esquematizadas, habitualmente de forma mensual durante el primer año de vida, y luego programadas trimestralmente. “En ellas se hacen los controles periódicos de salud del niño”, resalta, incidiendo en que su trabajo abarca desde el nacimiento (entre diez y catorce días de vida hasta los trece – catorce años).

“Las patologías infecciosas se dan en los niños pequeños, que son los que se ponen enfermos. A partir de ahí, van decayendo y comienzan otras patologías como las digestivas o endocrina, las valoraciones de crecimiento, el comienzo del desarrollo puberal, la salida del vello, los caracteres sexuales secundarios que se podrían desarrollar antes de tiempo”, rememora, poniendo el acento en que son consultas que “no son urgentes”.

“Pediatría es una especialidad muy amplia”, prosigue Ignacio García en su relato, destacando el amplio abanico de tareas a realizar en su consulta: “Si un adulto tiene una cefalea o una migraña, va al neurólogo. Si tiene un problema de hormonas va al endocrino, si tiene un problema de disfonía va al otorrino… y el pediatra es el que engloba todas esas especialidades: digestivo-infantil, neuropediatría, endocrinopediátrico… y como tal, deben ser reconocidas”.

Para concluir, un pequeño consejo a los padres: “Primero hay que mantener la calma. Es difícil decir qué es urgente y qué no, pero lo más recomendable es acudir al médico que ya conoce al niño para no tener que ser visto por otro facultativo que no lo conoce exactamente y que se puede alarmar por algún signo o síntoma que el que ya lo conoce lo vea como normal. El pediatra del niño es el que mejor solución le va a poder aportar”.

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