El Rioja

Un primer balance del Rioja de 2017: menos cantidad pero de una calidad inusualmente buena

El final de la vendimia confirma una cosecha “corta, pero equilibrada”

Bien está lo que bien acaba y ese parece ser el resultado de una vendimia sin precedentes en la Denominación de Origen Calificada Rioja. Nunca antes se había comenzado a recoger el grano un 10 de agosto ni se habían guardado todos los aperos en las fiestas del Pilar, como ha sucedido y apunta a suceder este año.

A sabiendas de que el proceso de producción de la principal seña de identidad de nuestra región tan solo ha quemado otra etapa más, en NueveCuatroUno aprovechamos el cierre de la vendimia 2017 para sondear un primer balance de lo que ha dado de sí esta cosecha.

El campo

Heladas y sequía. Dos enemigos de la vid que este año han azotado los viñedos de Rioja. A finales de abril el desplome de temperaturas nocturnas encendió todas las alarmas y los agricultores tuvieron que fajarse para salvar el mayor grado de producción posible este ejercicio.

Roberto Frías es el responsable de viñedo de La Rioja Alta, una de las bodegas más afectadas por la tardía helada del 28 de abril. En una primera estimación, Frías calcula que la producción en sus viñedos de Rioja se puede haber visto mermada “entre un 40 y un 50%” respecto al año pasado, si bien “en algunas zonas hemos recogido solo un 30% del cupo de producción establecido”.

Pese a todo, el buen comportamiento del clima en los preámbulos de la vendimia se traduce en muy buenas sensaciones respecto a la calidad del producto: “La uva está muy sana; la de este año apunta a muy buena cosecha, con muy buenos aromas, buen salto de color y mucho equilibrio”. “Por el momento vemos que el fruto tiene menor graduación alcohólica que en 2015, que fue el precedente anterior de vendimia temprana”, concluye Frías.

La bodega

Aunque no existen precedentes de una vendimia tan precoz como la actual, la anómala situación ha recuperado del recuerdo escenas que ya parecían desaparecidas. Así al menos lo asegura María Larrea, directora técnica de CVNE.

“Aunque todavía está terminando la primera fermentación estoy especialmente contenta con los resultados”, asegura, destacando que “a pesar de haber recogido muy poca uva respecto a ejercicios anteriores, apreciamos una gran concentración de color y fruta”.

Larrea se ha visto sorprendida por un hecho inusual: “Hace muchos años los agricultores venían con cestos y remolques pequeños y este año han hecho lo mismo debido a la reducida producción derivada de la helada de abril”. “Otros años hemos vendimiado con máquina las parcelas más amplias y este año hemos hecho todo el trabajo a mano”, añade.

Eso sí, los caprichos del tiempo sí han fijado una notable diferencia entre esta campaña y las de cursos precedentes: “En la zona de Haro los días fuertes siempre habían coincidido con el puente del Pilar y para esas fechas seguro que hemos terminado”.

El Consejo

El sobreesfuerzo para paliar los efectos del clima en primavera también llegó a la zona noble del Consejo Regulador de la DOC. Su director general, José Luis Lapuente, recuerda que “hemos tenido que implementar medidas que hasta ahora no habíamos utilizado para mantener la credibilidad y el liderazgo de Rioja”.

“La helada de San Prudencio y la sequía provocó una gran preocupación en todos los ámbitos de la DOC y ha exigido mucha profesionalidad por parte de todos los actores” para que al final Rioja tenga “una cosecha más corta pero en cantidades suficientes como para mantener el equilibrio del que hacemos gala”.

Para José Luis Lapuente, el trabajo ha sido la clave para minimizar el impacto de unas adversidades que habrían resultado letales en otros territorios: “En Rioja la rentabilidad del cultivo y que eso fundamente el patrimonio de muchas familias hace que cuidemos especialmente el viñedo y las atenciones que se le han dedicado han sido máximas y eso lleva a una recuperación por encima de las expectativas”.

Aunque el director general de la Denominación tampoco obvia que la providencia también juega un papel importante en los lances finales de la cosecha y que este año las lluvias de agosto se han recibido como si de mayo se tratase: “Siempre nos salva la campana. Pocas campañas hemos conocido con un fruto tan sano”.

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