La Rioja

“A veces vienen clientes que no saben qué llevarse y les damos hasta la receta”

Cierra los ojos. Remóntate a tu infancia, cuando tirabas a tus padres de la chaqueta para que te compraran caramelos mientras ellos llenaban la cesta de la compra. Recuerda esos olores y esas estanterías cargadas hasta el cielo de productos frescos y conservas de todos los tipos imaginables. Abre los ojos. Bienvenido a Casa Juan.

Este comercio es popularmente conocido como Ultramarinos Nicolás en honor a su fundador, que levantó la persiana en el número 20 de Vara de Rey en 1946 con el ánimo de ofrecer el mejor género a la clientela de Logroño. Hoy, 71 años después, su hija Merche y su marido Juan Antonio llevan las riendas del negocio, que se ajusta a la perfección a la expresión ‘de toda la vida’.

Especializada en setas y las verduras más apetitosas de La Rioja, Casa Juan es, como define su propio gerente, “la típica tienda de ultramarinos en la que solo nos falta vender agujas y calcetines”. “Seguimos la línea de siempre, peleando cada día por ofrecer la máxima calidad en nuestro género”, apunta Juan Antonio Martínez.

A Merche se le llenan los ojos de nostalgia cuando recuerda aquellos años en los que sus padres y sus otras dos hermanas se ocupaban de atender un negocio lleno hasta la bandera. “Era un negocio familiar y todos teníamos que echar una mano”, recuerda. Ahora, los tiempos han cambiado, pero no así el espíritu: “A nuestros clientes les gusta mucho el trato humano y procuras siempre atenderles lo mejor posible”.

“El trato humano es fundamental”

“La calidad en la atención que te da un pequeño comercio no te la da una gran superficie; el cliente puede entrar sin saber lo que quiere y salir con ideas para preparar el producto…  ¡Si a veces les damos hasta la receta!”, apunta Juan Antonio, subrayando que “el trato humano es fundamental en las tiendas, pero también es cierto que necesitamos respaldo administrativo”.

Las prisas son, tal vez, el principal factor que ha alterado la relación entre el cliente y el pequeño comercio durante las últimas siete décadas. “Hace poco una clienta me decía que estaba acostumbrada a consumir sopa de sobre, pero ahora se ha habituado a hacer la sopa natural y le parece mucho más sano”. Pero no es la tónica habitual, ya que Merche se resigna al indicar que “ahora a la gente joven le gusta ir a las grandes superficies; no pide calidad en el género sino comodidad”.

El ajetreo entronca con otra de las demandas históricas de los comerciantes. Juan Antonio señala que “hay más problemas que antes para aparcar cerca de la tienda y eso lo hemos acusado bastante en nuestro negocio”, recordando que “hace años disponías de hasta 45 minutos de estacionamiento gratuito y ahora eso se ha perdido”.

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