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Héroes, pese a todo

No pudo ser. El Náxara dijo adiós a la temporada con lágrimas que no deben ocultar la heroicidad de esta plantilla, que ha hecho soñar a toda una ciudad con cotas insospechadas el pasado verano. El ascenso se le fue a los blanquiazules en el último suspiro de la eliminatoria, cuando las piernas les flaquearon y les pasaron factura las dos prórrogas jugadas en las eliminatorias previas. Que la tristeza no oculte lo conseguido, porque Diego Martínez y sus chicos son héroes, pese a todo.

El partido fue muy físico en sus inicios. Los najerinos debían batirse el cobre con el cuadro navarro y con el vendaval que les soplaba de cara en el San Francisco. Fue la primera ocasión de peligro para los locales. Giles ganaba posición de disparo desde el interior del área y chutaba al lateral de la red.

Tardó un cuarto de hora el equipo blanquiazul (ayer de rojo) en aproximarse a la portería de Íñigo Calvo. Lo hacía a duras penas, con desmarques de Orodea que lograban despejar los centrales azulones.

Y llegó el gol. Corría el minuto 15 y Achi se escurría por la banda derecha como solo él sabe hacer. Ganó la línea de fondo, levantó la cabeza, vio a Javi Martínez en situación de remate y le dio el balón. El capitán le pegó con el alma y la pelota habría llegado a Nájera si antes no se hubiera topado con la escuadra. ‘¡Que bote La Salera!’ gritaba la grada en mitad de la euforia desatada.

El tanto espoleó a los riojanos sobre el área rival. Orodea ganaba en velocidad a Jonathan, que solo podía derribarlo en carrera. Falta, amarilla y la pelota en la frontal del área. Emilio buscó la escuadra de nuevo, pero ahora el cuero se marchó a escasos milímetros del larguero.

En el minuto 20, con un disparo de Orodea desde dentro del área, el Náxara ya había enseñado los dientes con tres ocasiones de gol clarísimas.

Tras el parón para refrigerarse ambos equipos, los riojanos se complicaron en la salida del balón y Giles remató duro. Raúl Heras hizo una estirada de manual para enviar el balón a un córner que se saldó sin complicaciones para los najerinos.

Respondieron los chicos de Diego Martínez (ayer en la grada por sanción) con un centro-chut de Quirino que medio estadio vio dentro pero acabó marchándose por encima del larguero.

Llegada la media hora, la Peña Sport se afanaba en evitar que el Náxara tomara contacto con la pelota y los blanquiazules enseñaban sus garras al contragolpe, con Orodea volviendo locos a los centrales con sus continuos desmarques. Ahora eran los riojanos los que jugaban con el reloj a su favor, estirando los lanzamientos a balón parado.

Tras muchos minutos sin pisar el área rival llegó el gol del empate a siete minutos para el descanso. Giles ganó metros hasta colarse en zona de peligro y envió un pase de la muerte que Maeztu transformó en gol cuando Raúl Heras estaba ya vencido. Lejos de sentar como un mazazo, el gol levantó aun más a la grada riojana, mucho más poblada que la local.

Ahora la Peña Sport necesitaba ganar sí o sí a los riojanos para lograr el ascenso, mientras que al Náxara le bastaba con empatar a dos o más goles para cumplir su objetivo. El partido se volvió mucho más abierto y más intenso hasta la llegada del descanso.

IMÁGENES DE LA PRIMERA PARTE (Eduardo del Campo)

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Cruel desenlace
Dos acciones frenéticas para arrancar el segundo tiempo. Primero Maeztu ponía a prueba a Raúl Heras con un durísimo disparo y a continuación Javi Martínez se plantaba solo ante el portero, pero el línea señaló un fuera de juego muy protestado.

Se adueñó del balón la Peña Sport, a sabiendas de que un gol en contra le dejaba sin tres cuartos de ascenso, al tiempo que las decisiones arbitrales comenzaron a ser cada vez más discutidas por parte de los hinchas riojanos. En una de ellas, el asistente marcó fuera de juego en otra acción que plantaba solo a Pablo en el área.

Tras una reanudación frenética, el juego se fue concentrando en la zona central. Decidió Diego Martínez que era el momento de ir a por el partido. Sacó del terreno de juego a Sabando (un central) para dar entrada a Lozano, uno de los atacantes fetiches de este equipo.

A punto estuvo Emilio de sorprender al meta local con un córner que se fue envenenando por el aire hasta obligar al despeje de puños del portero para evitar el gol. Fue entonces cuando ganó presencia de verdad el Náxara en el área rival. Pero llegó el susto mayúsculo a diez del final. Giles marcaba con el portero batido pero el colegiado señaló falta previa sobre Raúl Heras.

Entró el héroe del playoff, Rojo, para ocupar el lugar de Orodea. Se notaba el cansancio en las piernas, pero el corazón seguía empujando. El crono acuciaba y el encuentro volvía a romperse. Ni riojanos ni navarros querían ir a la prórroga. Y llegó el mazazo. Toni colgó un balón desde la derecha y Héctor, completamente solo, lo envió a la red tras golpear con el larguero.

Siete minutos tenía por delante el Náxara, que de otras como esta ya ha salido antes. Sin embargo, el cuadro blanquiazul estaba agotado tras tener que ir a la prórroga en las dos eliminatorias previas a la final.

Jugó con la conocida picardía la Peña Sport, que se quedó con diez por la expulsión de Maeztu por doble amarilla, a falta de cuatro minutos. Y llegó el tiro de gracia con el Náxara volcado sobre el área rival. Giles marcó a puerta vacía por la subida de Raúl Heras a un córner y el partido quedaba ya sentenciado. Los riojanos se quedaban sin ascenso pero, pese a ello, siguen siendo héroes.

De recordárselo a los jugadores se encargó la parroquia visitante, que vitoreó a sus héroes sobre el césped del San Francisco durante media hora larga, antes de volver a Nájera a prolongar este San Juan agridulce que ya nunca la hinchada blanquiazul podrá olvidar.

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