La Rioja

La normativa del taxi, a debate tras las fiestas de Calahorra

Las fiestas de una localidad están perfectamente indicadas no solo para que las disfruten sus vecinos, sino para ejercer de imán ante los de las localidades limítrofes. Esa es la idea. En cambio, a menudo la intención choca con la norma y los habitantes de los pueblos cercanos no encuentran precisamente facilidades para desplazarse a gozar de la verbena vecina.

Así ocurrió el pasado fin de semana con motivo de las fiestas de invierno de Calahorra. No fueron pocos los usuarios que vivieron una odisea a la hora de regresar a casa cuando el cuerpo ya no podía más. Quienes se desplazaron a las fiestas en taxi se toparon de bruces con la normativa a la hora de emprender el camino de vuelta.

¿El motivo? Un taxi puede llevar a pasajeros a otra localidad pero no puede recogerlos horas más tarde porque eso supondría perjudicar al profesional autóctono. Eso es lo que dice la normativa (que penaliza con multas de entre 600 y 3.000 euros su incumplimiento) y eso es lo que generó cierto colapso en la Policía Local de Calahorra el pasado sábado, cuando los usuarios de las localidades vecinas pidieron a los agentes que llamaran a ‘su’ taxi para evitar así la multa.

Embarque ‘furtivo’

“Nos habían amenazado con que la Policía Local de Calahorra nos denunciaría si recogíamos a clientes, por lo que pedimos a aquellos clientes que quisieran que los recogiéramos que lo solicitasen a la Policía Local para que fueran ellos quienes nos avisasen y así evitar que nos sancionasen”, relataba este lunes en ‘La Rioja en la onda‘ de Onda Cero Pilar Sáenz, en representación de Atari (una asociación de reciente fundación en el entorno de la ribera del Ebro que pedirá al Gobierno regional una solución a este problema).

Ante ello, Sáenz detallaba que “nos hicieron recoger a los clientes en sitios alejados de Calahorra para, así, evitar que se produjera revuelo con los propios taxistas de la ciudad”. “Llevamos a cabo este servicio con miedo a la denuncia, pero lo hacemos para que los chavales puedan beber sin el riesgo de sufrir un accidente después”, añade.

“No se mira por el bien del usuario”

En el espacio de Onda Cero también ha intervenido Carlos Javier Vallilengua, presidente de la Asociación Taxistas Riojanos (Atrio), quien ha recordado que “las licencias de taxis no son de los taxistas, sino de los municipios donde se conceden”.

“Estamos ante un problema bastante serio porque se ha llegado a solicitar licencias hasta en municipios de 150 habitantes, con lo cual está clarísimo que de lo que van a comer esos taxistas no va a ser de su propio municipio”, explica Vallilengua, subrayando que la norma es clara al indicar que “ningún taxista de otra localidad puede cargar en una que tenga servicio de taxi”.

Pero eso no significa que no haya intención de revisar el reglamento, algo que se intentó hace no demasiado tiempo pero que no salió adelante por la falta de consonancia en el propio gremio. No obstante, el presidente de Atrio lamenta que “si en Lardero, con 9.000 personas, hay dos licencias de taxi y no quieren que les ayuden los del municipio de al lado, no se mira por el bien del usuario”.

“Perjudicados por el desconocimiento de la norma”

Por su parte, el director general de Tranportes del Gobierno de La Rioja, Carlos Yécora, ha intentado rebajar la tensión al señalar que “ha sido un problema puntual sobrevenido por las fiestas de Calahorra”. “La Ley riojana es copia de la estatal y en el Artículo 125 se establece dónde pueden recoger estos taxistas; no vemos cuál es el problema surgido ahora”, ha dicho

Según Yécora, “los usuarios se han visto perjudicados por el desconocimiento de la normativa”, al tiempo que señalaba que “no somos estrictos al 100% con el reglamento; si un taxi lleva un servicio de San Adrián a Calahorra, espera a los clientes y luego los vuelve a llevar no hay ningún problema, pero eso no es lo que ha ocurrido este fin de semana”.

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