Qué peligro tienen las redes sociales. De repente, alguien tiene un rato libre, echa mano del teléfono móvil y publica lo primero que se le pasa por la cabeza sin pensar en sus consecuencias. Que se lo digan, si no, a la Policía Local de Calahorra, que la pasada semana tuvo que intervenir para evitar que una disputa ‘2.0’ pasara a males mayores.
En concreto, según recoge la relación de actuaciones del cuerpo, una patrulla hubo de emplearse en un “conflicto ciudadano” originado porque un residente en la calle Santiago había publicado en Facebook que en la casa de otro vecino “había ratas”. El atestado no ahonda en detalles sobre el desenlace, pero es de suponer que la sangre finalmente no llegó al río.
Jarro de agua fría
Tampoco llegó a los juzgados otra de las incidencias atendidas por los agentes la pasada semana. Esta vez ocurrió en la calle Mayor y sus protagonistas no eran vecinos, sino vecinas. Solo la presunta autora sabe a ciencia cierta si lo sucedido fue fruto de premeditación y alevosía o un simple accidente. El caso es que los policías relatan cómo una de las mujeres le tiró un jarro de agua a otra desde un tercer piso cuando esta iba paseando a su perro.
Señora, circule
En el capítulo de “auxilios” de la Policía Local figura otro de esos hechos ‘inquietantes’, que diría cierto presentador de televisión. El atestado reza lo siguiente: “Una mujer se había quedado dormida dentro de su coche, estacionado y con el motor en marcha, en la calle Ramón Subirán”. En NueveCuatroUno queremos pensar que la señora se recuperó del susto, ajustó su peinado ayudándose del retrovisor y retomó la marcha.
En ese mismo apartado se detalla cómo los agentes ayudaron a regresar a casa a un hombre en estado de embriaguez. No tuvieron que completar un largo recorrido, ya que el beodo “se encontraba tumbado en el rellano de la escalera de la planta superior del bloque en el que vive y se le trasladó a su domicilio”.
