La querencia por una actividad profesional hace que la jornada laboral se eternice o, al contrario, se evapore en un pis pas. El concepto no es nuevo (“Encuentra un trabajo que te guste y no volverás a trabajar ni un solo día de tu vida”, que decía Confucio) pero el paso del tiempo no le ha quitado una gota de verdad a la idea.
Así nació Essentia 3, el proyecto personal de Edurne Elvira. Esta emprendedora tiene un talento innato para las manualidades y su entorno más cercano le empujó a convertir su hobby en un modo de vida. “Este año pasado hice un viaje muy especial a Senegal y a la vuelta sentí una gran necesidad de estar con todos mis amigos. Los reuní, organicé una gran comida y me di cuenta que disfruté muchísimo preparando la decoración, pese a la paliza que me había dado”, explica. Quedó tan satisfecha que a partir de ese momento “empecé a darle vueltas y me decidí a intentarlo”.
No solo se quedó en el intento. Se propuso formar parte de los momentos más especiales de la vida de sus clientes y lo logró. Se decidió a compaginar su trabajo como decoradora para una firma infantil de ropa y emprendió su nuevo proyecto, en el que tú le explicas tus gustos, le indicas qué evento quieres decorar y ella se encarga del resto.
“Quizás está todo demasiado encasillado”, señala, añadiendo que “la gente quiere decorar su boda y acude a un ‘wedding planner’, pero a mí me gusta ambientar tanto una boda como un cumpleaños o una cena sorpresa para una pareja”.
Y así, asegura que el momento más especial que ha decorado hasta el momento ha sido “una pedida de mano en una viña”. “No sabíamos qué tiempo iba a hacer y el chico tenía muy claro lo que quería pero los gustos de la novia eran muy diferentes; me costó combinar esos dos gustos en un entorno como una viña”. Al final la pedida se produjo ante el telón de una dorada puesta de sol entre viñedos. Y, por supuesto, ella dijo sí.
