Si el otro día hablábamos del exceso de concentración de contenedores en un puñado de metros en la calle Avenida de Portugal (que un amable lector nos aclaró que eran para dar servicio a los vecinos de la Gran Vía… pobres, qué paseo que se tienen que dar para tirar la basura) hoy traemos el caso contrario. En los 750 metros que tiene la Travesía de Avenida de Madrid, justo en el límite entre Logroño y Lardero hay tres contenedores de residuos orgánicos, y uno de plásticos.
Obviamente, la densidad de población es diferente en esta zona residencial a caballo entre las dos localidades. De hecho, los contenedores protagonistas de esta historia están en zona logroñesa y dan servicio a la urbanización Las Garzas, en suelo cigüeño, valga la…tontería. El problema es que están situados en la acera norte, de apenas metro y medio de anchura, ocupando el 80% del espacio para los peatones. En situación normal, y a no ser que estés excesivamente obeso, no hay problema para pasar por allí. Pero si el camión que recoge los residuos se demora, como en el momento de tomar la imagen, te tienes que bajar a la carretera, con el peligro que ello conlleva.
Y digo yo, desde mi ingenuidad… ¿no podría expropiarse medio metro de la finca adyacente, que lleva décadas muerta de la risa, para ampliar las aceras y así evitar situaciones como ésta? O igual con que pasara el camión de la basura de forma más regular estaba resuelto el problema.
