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Editorial: En fuera de juego

La vieja Tabacalera estará cerrada en julio. No hay marcha atrás. Por el camino van a quedar los empleos y las aspiraciones de casi 500 personas y sus familias, además de un reguero de preguntas que Altadis difícilmente responderá: la lógica de los números de las multinacionales rara vez casa con las cuentas diarias de los trabajadores. El hecho es que a Imperial Tobacco le sobraba la planta de La Rioja y no sirven los sentimentalismos de 125 años de tradición en suelo riojano. No caben en la hoja Excel. A la compañía parecen sobrarle los motivos. El plan de desmantelamiento de la planta de El Sequero “persigue evitar la pérdida de eficiencia y competitividad de la compañía ante la compleja situación que atraviesa el mercado del tabaco en España y en otros mercados”. Sin negociar, sin más razones, sin diálogo. Dicen los sindicatos que ha habido “premeditación y alevosía”. Palabras frente a números.

La noticia ha cogido en fuera de juego al Gobierno de José Ignacio Ceniceros, que apenas ha acertado a hacer una valoración exprés desde Santo Domingo. Las explicaciones que ha dado hasta ahora son insuficientes y, en algún punto, demuestran desconexión o descontrol entre quienes tienen que tomar decisiones trascendentales para La Rioja. En Logroño, la consejera de Desarrollo Económico, Leonor González Menorca, ha comparecido sola para, entre otras cosas, acusar a Altadis de deslealtad al Gobierno de La Rioja. Si comparamos con circunstancias similares -Electrolux-, al menos en un primer momento se tendía la mano al diálogo para después pasar al contraataque, eso sí, no siempre con muy buenos resultados. La soledad de González Menorca supone una pésima imagen en un momento en el que la unidad y el diálogo, asignaturas de las que presume el Gobierno Ceniceros, deben ser la prioridad. Otro hecho que llama a todo menos a la tranquilidad es la confesión de la consejera: la ADER ha aprobado ayudas a Altadis hace escasos días. Queda claro que los controles de la Agencia no han funcionado, un organismo que reclama desde hace tiempo una profunda revisión y puesta al día. La ‘prueba del algodón’ la ha presentado el Comité de Empresa: se esperaba un ERE, aunque en descargo de todos, no de semejante dimensión. Si había riesgos fundados, ¿por qué se aprobaron las ayudas? ¿Se negoció lo suficiente? ¿Va a devolver Altadis el dinero que ha obtenido del Gobierno?

La decisión de la multinacional ha cogido en la nube al Gobierno regional. En el caso de González Menorca se puede achacar el despiste a su bisoñez en el cargo, pero en Ceniceros no se comprende. ¿Quizá está demasiado despistado participando activamente en el ‘juego de tronos’ que se dilucida en el seno del PP de La Rioja? Este revés supone un serio traspié en sus aspiraciones a convertirse en el mandamás de un partido que ya no rema a una. El cierre de Altadis es el punto y final a una época en la que la pompa de las grandes expectativas sustituyó a una estrategia a medio y largo plazo. ¿Dónde queda ahora aquel famoso plan estratégico denominado ‘La Rioja 2020’? En plena orgía de actos y eventos que presumía de haber posicionado a La Rioja en el puesto 76 de las regiones europeas. Ahora La Rioja vive la resaca de aquel tiempo. El futuro ya no es lo que era.

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