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Los riojanos evitan al Numancia en su grupo de Segunda Federación

Foto: UD Logroñés / Riojapress

Después de varias semanas de incertidumbre, los cinco equipos riojanos de Segunda Federación (UD Logroñés, Calahorra, SD Logroñés, Alfaro y Anguiano) ya conocen la composición de su grupo, cuya liga regular durará del 1 de septiembre al 4 de mayo. Todos ellos competirán junto a cinco vascos (Alavés B, Real Sociedad C, Gernika, Arenas y Vitoria), cinco aragoneses (Deportivo Aragón, Utebo, Barbastro, Teruel y Ejea) y tres navarros (Tudelano, Izarra y Subiza), en lo que será el Grupo II de la competición. Es decir, se mantienen las comunidades que ya estaban juntas en la campaña 2023/24.

El Numancia, un gran ‘coco’ y pieza rebelde en el rompecabezas, ha aterrizado finalmente en el Grupo I, junto a castellano-leoneses, gallegos, asturianos y cántabros. La inclusión de los numantinos o del Teruel era la gran duda hasta el final y afortunadamente, el fútbol riojano ha evitado un gran rival por el ascenso directo. Para muestra, la temporada pasada, donde los sorianos llegaron a la final del playoff y solo perdieron el ascenso ante el Yeclano en la prórroga.

El ascenso, un objetivo inexcusable para la UD Logroñés

Sobre el papel, la UD Logroñés debe asumir el cartel de máximo favorito a campeonar y por tanto, ascender directamente a Segunda Federación, sin arriesgarse a otra promoción. Es así dimensión y presupuesto, pero los muchachos entrenados por Miguel Flaño tendrán que demostrarlo en el campo. Por supuesto, habrá otros rivales con la misma intención. Es el caso de la SD Logroñés, recién descendida y que, en palabras de su gerente Javier González, se marcó esa misma meta. Mismo rol que asume un Teruel que luchará por recuperar una división que perdió después de un año muy combativo.

Mientras tanto, los equipos que se clasifiquen entre el segundo y el quinto lugar disputarán la promoción de ascenso. Esa es la zona que quiere evitar la UD Logroñés, pero un lugar al que bien podrían aspirar conjuntos como la Sociedad, el Teruel, el Calahorra con su proyecto ‘ASPIRE’, el Utebo o algunos filiales, como los del Alavés o el Zaragoza. Se prevé una gran batalla por entrar en la promoción, a la que siempre se pueden sumar conjuntos revelación. Además, otro aliciente será la lucha por clasificarse a la Copa del Rey, a la que consiguen pase los cinco mejores, excepto filiales. Para muchas entidades, el ‘torneo del KO’ es una posibilidad de hacer taquilla.

David Aparicio, uno de los fichajes del próximo Calahorra / Foto: Nàstic de Tarragona

Por su parte, los dos equipos riojanos restantes, el Alfaro y el Anguiano, intentarán luchar por la permanencia. Ambos acaban de abandonar la Tercera y celebrarían sin dudar la salvación. Para ello, deberán evitar los cinco últimos puestos y también el decimosegundo, que manda a la promoción a cuatro de los cinco equipos clasificados en esa posición. Solo se salva de ese cara o cruz el mejor clasificado en dicho escalón.

Los alfareños ya militaron en Segunda B cuatro temporadas consecutivas (2003/04 a 2006/07) y esperan reverdecer esos viejos laureles. Conscientes de sus limitaciones económicas, lucharán principalmente junto a otros recién ascendidos, como el Ejea, el Subiza (Osasuna C), el Vitoria o el propio Anguiano, con total seguridad el más humilde del grupo. Para los serranos, el hecho de representar a su pueblo de 500 habitantes ya es un milagro. La entidad ya ha renovado a Moha y ahora, lucha por jugar en Isla y que su esencia no salga del pueblo.

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