La Rioja

Mujeres y moteras: “Algunos nos ven como niñatas jugando a un juego de hombres”

“Algunos nos ven como niñatas jugando a un juego de hombres”

Ponerse el casco, enfundarse los guantes, subir a la moto y escuchar cómo ruge el motor. Arrancar, sentir el viento en la cara y saber que “lo que sientes cuando ruedas no lo sientes con nada más”. Ellas son mujeres, son moteras y este mes de junio cumplen cinco años siendo la única asociación motera femenina de La Rioja.

Se conocieron a través de un grupo de WhatsApp compuesto por moteros riojanos. “Solíamos quedar para salir a rodar, a tomar algo…”, pero un buen día, una de ellas propuso dar un paso al frente y tantear la idea de juntarse solo las mujeres para organizar concentraciones y “hacer algo más serio”. Nueve no se lo pensaron dos veces y aceptaron el reto. Así fue como nació la asociación Aquelarre y así lo cuenta Zara Crespo, su presidenta.

A día de hoy, de esas nueve valientes permanecen siete. “Las otras dos dejaron la asociación porque ya no contaban con el tiempo suficiente para salir a la carretera y su actividad cada vez era menor, pero seguimos siendo amigas”.

Zara explica que en La Rioja existen otras asociaciones moteras mixtas y de hombres, “pero Aquelarre es la única exclusivamente conformada por mujeres”. Su nombre mantiene la esencia de este grupo ya de amigas que decidieron llamarse así “porque somos todas unas brujas”. En el caso de la presidenta, la pasión por las dos ruedas empezó gracias a su pareja. “A él le encantaba, y me animó a sacarme el carné allá por 2015. Una vez con el permiso en la mano, comencé a rodar sola y a conocer a chicas que tenían la misma afición”.

La filosofía de Aquelarre sigue siendo la misma que cuando se fundó: libertad y hermandad. “Cada vez que nos subimos a la moto sentimos una libertad infinita y hemos logrado hacer un grupo muy unido, no solo entre nosotras, sino entre todos los compañeros de La Rioja. Todos somos amigos, salimos a pasarlo bien y siempre estamos con la mente muy abierta para disfrutar de la vida”.

Y sí, el buen rollo está, pero nunca falta algún que otro comentario que afea la valentía de estas siete mujeres. “Cuando hicimos la presentación de la asociación, la acogida fue muy buena y nos sentimos muy arropadas, sin embargo, al tiempo fuimos viendo cosas que demostraban que no era oro todo lo que reluce”. Fueron los menos, pero las Aquelarre tuvieron que escuchar apuestas entre otros compañeros sobre cuánto durarían. “A estas les doy un año de vida, y mucho me parece”. O comentarios como: “Tú usarás la moto para ir a comprar el pan, porque poco más podrás hacer con ella”.

Zara confiesa que, por desgracia, “sigue habiendo machotes que se piensan que el mundo es solo de hombres y se piensas que somos siete niñatas jugando a un juego de hombres”. Pero aquí están, cinco años después organizando concentraciones únicas en La Rioja que nunca antes se habían hecho. Concentraciones de más de un día a las que acuden moteros de toda España, incluso Francia y Reino Unido. “Preparamos comida, planificamos juegos para los participantes y todo aquel que se quiera unir y disponemos también de una zona de acampada”.

Porque, a pesar de esas cuatro “insignificantes” voces que todavía en 2024 siguen pensando que “no podemos ni con las motos, siempre nos hemos sentido muy apoyadas y por suerte hemos sabido mantenernos unidas y hacernos más fuertes”.

Objetivo: promocionar La Rioja

Aquelarre no entiende de diferencias. “Así como hay algunas concentraciones que solo aceptan motos deportivas, o Harleys, nosotras estamos abiertas a que participe todo el mundo, independientemente de la cilindrada. Si vienen a pasarlo bien, bienvenidos”. Porque el objetivo principal es promocionar el turismo de La Rioja. Zara señala que “todavía hay mucha gente que no conoce nuestra tierra y cuando vienen se sorprende de las carreteras y paisajes que hay”.

Una de las rutas por las que más ruedan es la de los Tres Valles. 189 kilómetros, 1.303 curvas, y 29 municipios de la región. El trazado permite apreciar parajes naturales como Sierra Cebollera (Villoslada de Cameros), el mirador del Cañón de Río Leza (Soto en Cameros), las Dolinas de Zenzano (Lagunilla del Jubera), los hayedos de Tobía o las cuevas de Ortigosa de Cameros. “Es una auténtica gozada”.

Y como muestra, un botón. Las Aquelarre han inaugurado una escultura en Ortigosa de Cameros que servirá de punto de peregrinaje a la comunidad motera. “Hasta ahora no había en La Rioja un lugar donde los moteros pudieran pararse, poner sus pegatinas y hacerse una foto como sí existe en otras comunidades. Nuestra meta es que la gente de fuera reconozca a la región como un destino indispensable para rodar, y que se enamoren de nuestros paisajes como a diario lo hacemos nosotras”.

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