Agricultura

La campaña de la cereza comienza marcada por las últimas lluvias

Algo más tardía de lo previsto, pero con buena apariencia. Así se presenta la campaña de recolección de cerezas en La Rioja que ya ha comenzado a recoger los primeros frutos de su cosecha. Algunas fincas de La Rioja Baja ya inauguraron la temporada hace una semana con las variedades más tempranas, variedades que también se llevaron la peor parte del agua.

“Las lluvias hicieron daño en aquellos frutos que iban más avanzados, aunque hay que esperar porque es todavía reciente. Ahora tendremos que evaluar y estimar qué se puede recoger y qué no en función del calibre que tengan las cerezas. Ademas, al estar en ecológico, tenemos que aplicar tratamientos en la medida en la que podasmos y confiando en que el tiempo acompañe y no venga un calor sofocante. En estos casos, el viento fresco es nuestro mejor fungicida para que cicatricen pronto las heridas en aquellas cerezas que han quedado tocadas”, apunta Santiago Jiménez, de la empresa DeQuelia en Quel.

Anda ya inmerso en la faena de la recolección, aunque hasta mediados de junio no se generalizará la campaña llegando al pleno apogeo. Las sensaciones en términos generales, destaca, son bastante positivas: “Estamos muy satisfechos tanto con el calibre como con la cantidad que estamos viendo en campo y con lo que ya vamos recogiendo. Hay que reconocer que el agua, a pesar de todo, ha sido muy buena para el campo en general”.

Nulo efecto han tenido las lluvias en la explotación de cerezos de Alfonso Pascual, ubicada a unos 800 metros de altitud en el término de Ocón. Allí no empezarán a recoger las cerezas hasta bien entrado julio, es decir, en fechas normales. La campaña parecía llegar algo más adelantada por los calores de marzo, pero este vuelco meteorológico lo ha puesto todo en su sitio.

“Aquí todavía no estamos en esa fase de vulnerabilidad ante un exceso de humedad, pero seguimos tratando con fungicidas como es habitual en estas fechas”, explica Pascual. Las expectativas en su caso también son buenas: “Siempre y cuando no venga una helada importante o calores fuertes, la cosecha será buena, atendiendo a nuestra particularidad de que al estar en alta montaña nunca tenemos grandes producciones”.

Confía en que los árboles se comporten de forma similar al año pasado, cuando “vino una cosecha normal”. Para la presente tantea que tal vez la producción se vea algo mermada, aunque eso derivará a su vez en un mayor calibre para las cerezas. “Así que el tonelaje puede resultar ser el mismo, contando además con el hándicap de que si es más gruesa puede ser más cara también de cara a su venta”, apunta.

Aunque el resultado final lo marcará, como siempre, el mercado en función de la oferta que haya. “Hay que tener en cuenta que la cereza en un producto muy volátil y, además, en poco tiempo porque no se puede conservar como otras frutas”.

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