
‘ Las criadas’, un conflicto social y de identidad
Las hermanas Claire y Solange Lemercier son las criadas de una dama de la alta burguesía francesa. Todas las noches inician una ceremonia perversa, un ritual donde la realidad y la ficción se mezclan en un juego mortal de cambio de identidades. Claire es la señora y Solange es Claire. Solange es la señora y Claire es Solange. Son seres alienados, faltos de identidad. No hay hermana buena y hermana mala, las dos alternan los papeles constantemente, porque ninguna existe por sí sola, porque son las dos caras de un mismo personaje. La inquina y la rabia de ser conscientes de su destino de criadas las lleva a un desenlace fatal.
“Muchas son las cuestiones que afloran en ‘Las criadas’. El conflicto de la clase social, el conflicto de la identidad, de lo que somos y en realidad de lo que queremos ser… Las grandes pasiones humanas en los personajes: lo que anhelan, lo que sufren, lo que envidian, son los rasgos que nos hacen empatizar con ellos, son esos rasgos los que nos hacen de espejo de nuestras propias pasiones.”