El Rioja

La era Salamero

Las nuevas normas dictadas por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja abren un nuevo panorama para el vino de Rioja. Los viñedos singulares, los vinos de pueblo y los vinos de zona llegan para mejorar la calidad general del Rioja y, sobre todo, para permitir la diferenciación, muy reclamada desde algunas zonas y productores que veían en la anterior normativa un paraguas demasiado genérico que acababa lastrando a quienes deseaban diferenciarse en calidad o establecerse en unos rangos de precio más altos.

En una organización de movimientos paquidérmicos, la llegada de Fernando Salamero a la presidencia ha sido catalizadora para rematar un proceso del que se venía hablando desde hacía demasiado tiempo y que había provocado, incluso, que se fraguaran movimientos como el de Artadi, que abandonó la Denominación el 31 de diciembre de 2015, o iniciativas como la de ABRA y alguno de sus asociados que amenzaban con la escisión y la creación de su propia denominación alavesa. Salamero ha conseguido que en Rioja impere la cordura, se aceleren los cambios y se pongan sobre la mesa unas nuevas reglas del juego que parecen satisfacer a todas las partes.

La gran beneficiada de este nuevo panorama ha de ser la marca Rioja, que prepara además importantes novedades en su imagen para los próximos meses y que debe actuar con toda la cohesión posible para conseguir que este motor económico de nuestra región sea capaz de alcanzar las nuevas metas que se proponga. Ahora hay nuevas herramientas para ello. Manos a la obra.

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