La Rioja

Reaniman durante diez minutos a un niño que se estaba ahogando en Valgañón

Un socorrista reanima durante diez minutos a un niño que sufrió este lunes un ahogamiento en las piscinas de Valgañón

Vista exterior de las piscinas de Valgañón, donde este lunes se ha producido el incidente.

Por suerte todo quedó en un susto. Eso sí, un susto mayúsculo. Un niño de 12 años de edad sufrió este lunes un ahogamiento en las piscinas de Valgañón, donde un grupo religioso procedente de Madrid desarrolla durante estos días un campamento de verano.

El incidente tuvo lugar en torno a las 16.30 horas y fue Aitor Ortiz de Mendíbil, el socorrista de la piscina, quien se dio cuenta de que algo no iba bien. “Vi al chico en el fondo, bocabajo, y avisé a un monitor que se encontraba próximo a él”, relata a NueveCuatroUno, indicando que “en un primer momento el monitor pensaba que estaba jugando, pero al ver que llevaba demasiado tiempo allí le di la orden para que lo sacara del agua”.

Una vez fuera, las labores de reanimación se prolongaron durante diez angustiosos minutos. “Le dije al monitor que llamara de inmediato al 112, porque la situación era realmente grave”, explica el socorrista, quien sospecha que el incidente pudo deberse a un shock térmico.

“Fuera del agua había una temperatura de más de 30 grados y aquí el agua está a 18”, apunta Ortiz de Mendíbil, incidiendo en que “siempre aconsejamos a los chicos que se duchen durante un buen rato antes de entrar en el agua, pero como están de campamento a menudo bajan la guardia y luego pasa lo que pasa”. Sin embargo, desde la organización del campamento señalan que el chico no sabe nadar y se lanzó a la piscina obviando las indicaciones de los monitores.

Hasta las piscinas llegaron tres personas del servicio médico de Ezcaray, que estabilizaron al chico tras la salvadora maniobra del socorrista. A Valgañón también se trasladaron efectivos de la Guardia Civil y una ambulancia medicalizada, que trasladó al accidentado a un centro hospitalario de Logroño, donde permanece en observación y fuera de peligro.

“No pueden dejarnos toda la responsabilidad”

Aunque sin su presencia seguramente la noticia habría adquirido tintes trágicos, Aitor Ortiz de Mendíbil no quiere ser reconocido como un héroe. “En los dieciséis años que llevo trabajando en este puesto es la primera vez que me sucede algo así”, explica, señalando que “cuando tienes que actuar de esta manera es porque algo ha fallado en el protocolo de seguridad”.

En este sentido, explica que “ayer entraron 93 personas al campamento y hay veinte monitores, pero necesitamos la colaboración de los padres y de los monitores, porque no nos pueden dejar toda la responsabilidad de la seguridad a los socorristas”. “Si tengo que poner una tirita a otro chico y de repente pasa esto, imagínate cómo hubiera acabado la cosa”, lamenta, insistiendo en que “los padres tienen que estar en todo momento junto a los niños que no saben nadar y los chicos más mayores deben extremar las precauciones, porque vemos imprudencias de continuo”.

Por todo ello, Ortiz de Mendíbil recalca que “los socorristas no estamos para cuidar de los niños, sino para curarlos en caso de que se hagan daño; hace falta más colaboración y muchas veces cuando los padres llegan a un campamento se contagian del disfrute y bajan la guardia”. Tal vez no sea un héroe (en el campamento ya le consideran como tal), pero su gran labor ha propiciado que todo haya quedado en un susto. Mayúsculo, eso sí.

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