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Los palos impiden al Náxara dejar vista para sentencia su final ante la Peña Sport

El Náxara está obligado a marcar en Tafalla para lograr el ascenso a la Segunda División B, tras empatar a uno en el partido de ida de la ronda final, disputado este domingo en La Salera ante la Peña Sport. Los blanquiazules arrollaron sobre el césped a los navarros, pero la fortuna se alió con el equipo visitante, que afronta el encuentro de San Francisco con una ligerísima ventaja. Hasta tres balones estrellaron los hombres de Diego Martínez contra los palos, pero en la recta final del encuentro un cabezazo de Javi Martínez igualó el tanto inicial de Fermín Uriz, recién comenzado el choque.

Bajo un sol abrasador (37 grados marcaba el termómetro en Nájera), el equipo local salió decidido a que el encuentro se disputase en la parcela navarra. La Peña Sport arriesgó colocando su retaguardia casi en el centro del campo y el equipo riojano trató de explotar los balones a sus espaldas para hacer daño.

Fotos: Eduardo del Campo

Así llegó el primero de los tres postes del Náxara, cuando solo se habían disputado tres minutos de encuentro. Javito la empaló desde fuera del área y la pelota salió decidida a reventar la cepa del palo izquierdo de la portería. Hasta entonces el balón parecía cosido a las botas de los blanquiazules, pero la Peña Sport tiró de eficacia para marcar en la primera ocasión de que dispuso.

Toni aprovechó un balón perdido en el área izquierda, lo centró y Fermín Uriz solo tuvo que orientar la bota para conectar con la red (0,1, m.6).

Lejos de venirse abajo, el Náxara insistió más si cabe en explotar el plan de partido diseñado por Diego Martínez: dominio de la posesión en la zona central, rupturas desde la banda y balones colgados al área en busca de rematador. Todo ello ante un cuadro navarro bien plantado, que hizo gala de experiencia y orden para rentabilizar la ventaja obtenida nada más empezar el choque.

Las llegadas de los riojanos se fueron haciendo insistentes por momentos. Javi Martínez se plantaba solo ante el portero para sortearlo, pero su remate se cruzaba en exceso hasta perderse por la línea de fondo (m.10). En la siguiente acción, el mismo protagonista; solo que esta vez el ‘uy’ llegó tras un cabezazo a la salida de un corner que se marchó lamiendo la escuadra (m.15).

En el minuto 21 llegó una de las acciones polémicas del encuentro. Javito se internó en el área, Héctor Urdiroz lo desplazaba hasta hacerlo caer y el árbitro valoró la acción como una carga legal con el hombro. Antes del descanso, Miguel gozó de otra ocasión para empatar el encuentro en un saque de esquina ensayado, pero su durísimo disparo desde fuera del área lo desvió un defensa hasta salir lamiendo los tres palos.

Tras el paso por vestuarios el Náxara siguió fiel a su planteamiento y la Peña Sport supo resistir a sus embestidas, aunque gozó de ocasiones para matar el partido (tal vez la eliminatoria) al contragolpe. Cumplida la hora del encuentro, Orodea volvió a toparse con la madera en un balón dividido en el que fue más listo que los centrales para anticiparse y rematar al palo tras superar la salida de Íñigo Calvo.

Nadie en La Salera se explicaba qué le pasaba a su equipo. Parecía imposible que cerrara el encuentro sin marcar y, visto lo visto, perdiese el primer envite de esta final del playoff. En estas, los navarros se lanzaron a aprovechar su golpe de suerte y contaron con dos ocasiones clarísimas para matar el partido.

En un contraataque, Giles remataba fuera un centro lateral cuando Raúl Heras estaba ya vencido (m.61),  y solo ocho minutos después, los dos mismos protagonistas; solo que esta vez el delantero remató directamente a los guantes del portero.

Tras haberle visto las orejas al lobo, Diego Martínez llamó a rebato y el balón ya no volvió a acercarse al área del Náxara, que se lanzó a por la portería rival espoleado por la entrada en el partido de Quirino, Lozano y Rojo. Nombre talismán, este último, que volvió a demostrar que es el hombre de este playoff para los najerinos.

En el minuto 77 botó un córner que Javi Martínez cabeceó desviado por milímetros y en la siguiente acción llegó el perseguidísimo premio del gol. Rojo no dio por perdido un balón disputado a Samuel Goñi y lo colgó al área, donde ahora sí Javi Martínez conectó con la red (1-1, m.81).

La Salera estaba, ahora sí, inclinada hacia el ataque blanquiazul. La Peña Sport se defendía a duras penas de las embestidas riojanas, en las que dos acciones estuvieron muy cerca de resolver el encuentro con una victoria local. Ambas llegaron en el añadido. Pablo lanzó un obús desde fuera del área que Íñigo Calvo atajó casi por intuición, ya que el proyectil hubo de sortear un bosque de piernas. Y en la última ocasión del encuentro, Emilio cabeceó al travesaño un centro de Rojo. Tercer palo para el Náxara, que ojalá no tenga que acordarse de este encuentro el próximo sábado en Tafalla. Ya sería irónico que la Capital del Mueble acabe maldiciendo la madera.

Allí, en el San Francisco, están obligados a marcar (y seguramente a sufrir) los blanquiazules. No importa. Esta plantilla ha demostrado que sabe hacerlo a las mil maravillas. Y más en esta ocasión, en la que el premio no es volver a aparecer en un sorteo sino integrar alguno de los cuatro grupos de la Segunda B. Solo noventa minutos separan de su sueño a un Náxara que bien podría haberse saciado de éxitos de un tiempo a esta parte, pero cuya ambición le hace querer más y más. La cita es en Tafalla, un día de San Juan y en un estadio (el San Francisco) con nombre de otro santo. No es de extrañar. Lo de este equipo es divino y el próximo sábado puede tornarse celestial.

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