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El Informe Robinson de Carlos Coloma: “Fue la explosión de 34 años persiguiendo algo”

“El 20 de abril de 2013 sufro una caída en un entrenamiento en Alemania. En vez de caer con la bicicleta de pie, caí con la mandíbula y con el hombro. Fue un golpe muy fuerte en un suelo muy duro. Ahí se paró todo… la primera operación me sale bastante mal y pedí una segunda opinión: tenía el hombro mal colocado y tocaba intervenir. Tenía miedo de que el hombro no volviera a ser el que era y tener que dejar el ciclismo en un momento que no me correspondía”.

Así comienza el relato del camino hasta el bronce olímpico conseguido en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro que el ciclista riojano Carlos Coloma cuenta en el programa Informe Robinson. Una historia en “la cita más importante del año” que se entremezcla con muchas otras en este especial de Movistar+ con una misma ciudad como elemento común: Río de Janeiro. “Deportistas que por primera vez ganan un oro olímpico o suben al podio. O que se quedan a las puertas del éxito. De sensaciones y emociones, de alegrías y tristezas. De lo que aún no se ha contado”.

Otra de las personas entrevistadas es Doroteo Coloma, abuelo del medallista olímpico, quien confiesa que fue “incapaz” de bajar a ver la final de los Juegos Olímpicos en directo al frontón y se quedó tumbado en el salón hecho un manojo de nervios. También cuenta sonriendo que se asomó a la terraza cuando calculó que había terminado la carrera y escuchó tres cohetes seguidos: “Algo bueno ha tenido que pasar porque si no la gente no tira cohetes”.

“Decido mantener un ritmo crucero alto para que el francés no se relaje y el momento clave fue antes de una de las subidas más duras”, rememora Coloma sobre la final de Río, repitiéndose una y otra vez que no podía fallar: “Lo tengo claro cuando giro a mano izquierdo y está la línea de meta a treinta metros. La medalla era mía. Es evidente que dije que aquí están mis huevos, pero me salió así. Lo siento si alguien se ofendió, pero no me arrepiento de lo que hice. Fue la explosión de 34 años persiguiendo algo y saber que lo has conseguido”.

Tras la fiesta en Río, llegó la fiesta en Albelda. Y el encuentro con su abuelo: “Llevaba tiempo diciendo que iba a hacer medalla, que confiara, y me decía que estaba loco. Cuando vine con la medalla, con el abrazo quedó todo dicho”. “Fue un abrazo de abuelo a nieto. Joder, quién nos lo iba a decir. Lo hemos conseguido”, recuerda Doroteo, al tiempo que su preparador, Mikel Zabala, señala que la medalla significa para Carlos Coloma muchas cosas: “Creer que uno puede dirigir su propio destino. Creer que los golpes, si los sabes encajar, te hacen crecer. Más que disfrutarla por sí mismo, la disfruta por todos los que lo han acompañado”.

https://www.youtube.com/watch?v=UY1d3PKCPrI

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