La mañana de la Noche de Reyes de 1978, una banda de atracadores liderados por el archibuscado malhechor Pompeyo Noé Sido, perpetró en la sucursal del Banco Central de Muro de la Mata uno de los robos más sonados de las últimas décadas.
A cara descubierta y armados con horcas y moriscas exigieron de inmediato los abultados caudales, pero el entonces director de la entidad, Alfredo Nante de Médula, aprovechando un descuido de los maleantes, pudo accionar los dispositivos de alarma. Advertidas las fuerzas del orden, rodearon el edificio con sus efectivos y exhortaron a la rendición por potente megafonía. Los cacos hicieron caso omiso y en el interior rehenes y fuego y exigieron para su liberación que les fuera dispuesto un helicóptero para la huída.
No estando disponible en ese momento otro autogiro que el que estaba destinado a trasladar a Las Gaunas a los Reyes Magos, se optó por que éstos acudieran en automóvil, comenzando así una tradición que se ha mantenido hasta nuestros días.
